Meses antes de que el Mundial de motociclismo se pusiese en marcha, podías pasearte por las salas de prensa de Sepang o Phillip Island, los circuitos en los que se desarrollaban los entrenamientos de pretemporada, y, conversando con los colegas, pocos, muy pocos, tal vez solo el norteamericano Dennis Noyes, un auténtico maestro, concedían alguna posibilidad de victoria a Dani Pedrosa. "¡Por supuesto que puede ganar en su primer año, claro que sí!", gritaba Noyes.

Los demás gurús del paddock decían que era impensable verle, en su primer año en MotoGP, en lo más alto del podio. Y todos, como no, daban dos argumentos, según ellos, irrefutables: es muy bajito, poco musculado, y debuta este año en la categoría. De poco importó su arrolladora trayectoria en 125cc y 250cc y sus números, mejores que los de Rossi a su edad.

Hasta el australiano Colin Young, que glosó los triunfos de Wayne Gardner y Mick Dohan, aseguraba que le sorprendería que Pedrosa ganase. "Es muy pequeño y en MotoGP hay demasiada competitividad y experiencia como para que un nuevo triunfe", manifestaba.

Pedrosa, que durante todos estos meses no ha abierto la boca, cosió ayer los labios de un montón de expertos. La manera como ganó ayer anuncia futuros triunfos y quién sabe si incluso una conquista antes de tiempo, como ya sucediera en dos y medio, cuando venció en su primera carrera en la categoría y, meses después, se llevaría el título. "Ganar es siempre lo mismo --explicó Dani--, pero cada vez cuesta más, pues MotoGP no es lo mismo que dos y medio".

Dani reconoció que él tampoco se lo creía al final. "Si hace unos meses me hubiesen anunciado que ganaría mi cuarto gran premio en MotoGP, les hubiese dicho que estaban locos". ¿El título? "Ni pienso ni pensaré en el título. Ni antes de empezar el Mundial ni ahora ni en los próximos meses".

Sito Pons sí lo ve como candidato a destronar a Rossi. "¿Y sabes por qué? Porque corre con mucha cabeza, porque sabe lo que tiene que hacer, porque domina la moto como quiere, porque es valiente, listo y sagaz".