Sebas Gil y Miguel López, porteros del Don Benito y Coria respectivamente, luchan por conseguir ser el portero menos goleado en Tercera División ahora que David Jiménez (Cacereño) lleva cuatro encuentros como suplente, con Bernabé de titular. Jiménez había encajado cuatro goles en 17 partidos, cifra récord, desde luego, que el moralejano tiene ya para sí.

Gil y López compartieron vestuario y portería en las categorías inferiores del Mérida. La soledad bajo palos. El sabor amargo de recoger un balón de la jaula. Ser portero no es fácil, aunque también tiene sus cosas positivas. Presumir de ser el portero menos goleado de Tercera esta temporada es cosa de Gil y López. Sebas y Miguel. Dos jugadores que se conocen desde su etapa en juveniles, donde tuvieron que compartir portería.

Sebas Gil, tiene un ratio de 0,48 goles encajados por partido. Un registro brutal. No obstante Miguel López le sigue muy de cerca con una media de 0,53 tantos por encuentro. Tremendo. Unos datos que acompañan al trabajo de cada día.

«Se siente responsabilidad, estamos en dos equipos que quieren optar al campeonato y hay que trabajar diariamente para ello. Quedar la portería a cero no es solo cosa mía, sino que es un objetivo del equipo y entre todos lo conseguimos», señala Sebas Gil, del Don Benito.

En esta línea López también apunta que el objetivo de lograr quedar imbatido cada partido es colectivo. «El fútbol es un deporte de equipo, y mis pensamientos van orientados al conjunto. Lógicamente, todo el equipo tiene el mismo objetivo que yo, que es no encajar gol», apunta. En concreto, el conjunto de Juan García ha conseguido dejar su portería inmaculada en 15 partidos de los 28 jugados. Por su lado, el equipo de Miguel Rubio ha logrado no encajar gol en 16 jornadas de las 28 disputadas. Registros que permiten a ambos equipos estar en puestos de ‘play off’ y seguir soñando con conseguir el título.

No obstante, a Miguel López no le vale sólo con ganar. «Firmo ganar, pero también dejar la portería a cero», asegura el cancerbero cauriense, entre risas. Por su parte, Sebas Gil difiere de su homólogo. «Quiero ganar todos los partidos, aunque me marquen un gol», apunta el calabazón.

Envidias y recuerdos

La envidia, si es sana, es positiva. Genera competitividad y, por tanto, mejora el rendimiento. Los protagonistas admiran a su rival y aprenden del contrario. «Admiro la gran altura que tiene, lo seguro que es bajo palos, y lo gran portero que es», reconoce Gil, que ha encajado tan sólo 13 goles en los 27 partidos que ha defendido la zamarra rojiblanca.

Miguel López también respeta mucho a Sebas Gil, y también piropea al guardameta del Don Benito. «Me encanta, es muy completo. Tiene buen juego de pies, es muy seguro cuando sale y por arriba. Es un grandísimo portero», admite el calamonteño.

Zarceño y calamonteño compartieron vestuario y portería en el juvenil del Mérida. Ambos guardan buenos recuerdos de aquella época. Y ambos, también, comenzaron de jugador en sus inicios en el fútbol. «Comencé en el pueblo de delantero, y de hecho tengo varios premios al máximo goleador. Me ayudó mucho para mejorar mi juego con los pies», recuerda Sebas Gil.

«Comencé de jugador en el pueblo, pero mi padre también fue portero y me convenció para ponerme bajo los palos. Fue la mejor decisión. Después, me fui a Mérida y allí compartí vestuario y portería con Sebas, guardo muy buenos recuerdos y ganamos ese año la liga», rememora Miguel López, mientras Sebas Gil escucha y sonríe.

El portero de la Zarza también guarda gratas imágenes de aquel año en el juvenil del Mérida. «Yo había fichado por el San José y me cedieron al Mérida, llegué allí y ya estaba Miguel. Compartimos vestuario y portería, porque no había un titular fijo. El entrenador nos iba rotando y fue muy bonito ganar aquel título con él», manifiesta Gil.

Dos amigos. Dos rivales. Dos candidatos a ser el portero menos goleado de la Tercera. Dos equipos, el Don Benito y el Coria. Todo se decidirá en el verde, aunque los candados de sus porterías están asegurados.