Félix Campo, presidente del Cacereño, se encontraba en un restaurante en Salamanca, donde vive. Eran las once y media de la noche y la llamada a su móvil era de Andrés Nevado, actual alcalde en funciones de Cáceres. Nevado pidió la colaboración de Campo y éste, según el político, aceptó sin dudarlo: ocho horas después estaba en Cáceres, en la reunión en la que se dio una solución al problema.

El "gabinete de crisis", tal y como definieron su papel los concejales Nevado, Lázaro García y Felipe Vela, se había empleado a fondo en la noche cacereña. Efectuaron muchas llamadas y recibieron en su mayoría la respuesta positiva. Pero no fue en todos los casos: hubo empresarios que no quisieron estar, pese a que en la rueda de prensa se afirmaba que todos habían dado el sí definitivo.

Además de Félix Campo, estuvieron catorce conocidos hombres de negocio que operan en Cáceres, entre ellos Juan Antonio Salgado (Progemisa), Pedro Santano (cuya firma volvía a ayudar al club de baloncesto tras varios años sin hacerlo), Gerardo Díaz (Canal de Isabel II), Jesús Alarcón (Almonte), Angel Casado o un representante de Placonsa, entre otros, con protagonismo también para otros empresarios exconsejeros verdinegros, como Pedro Núñez, Eduardo Chacón (Conyser) o Abelardo Martín (Iniexsa).

Fue una reunión, según algunos de los protagonistas presentes, "algo tensa" en algunos momentos, pero que tuvo final feliz. También estuvo José María Bermejo, expresidente del club y aún responsable de la Fundación. Su empresa también contribuyó.