La novena etapa del Dakar, una de las más exigentes, que iba a discurrir ayer entre Salta y Chilecito, también fue suspendida. Es la segunda etapa que se anula en esta edición. Un duro golpe para la organización y para los participantes, sobre todo para quienes aspiran a recuperar tiempo perdido, como es el caso de Nani Roma y su copiloto Álex Haro, ahora que la carrera iba a descender de altitud, donde su Toyota Hilux podría mostrarse más competitivo frente a los Peugeot.

«Es una pena que no pueda celebrarse la etapa, pero al fin y al cabo esto es sólo deporte, solo competición, una carrera, al fin; el drama es el que vive la población afectada, que ha perdido hasta sus casas y sus pertenencias. ¡Eso sí doloroso!», dice Roma desde el desconcierto que palpita en la caravana del Dakar. Lo que está viviendo estos días el Dakar es un caos absoluto. Las lluvias torrenciales han inundado poblados de la frontera entre Bolivia y Argentina, como Pueblo de Volcán, causando desprendimientos y cortes de carreteras. La catástrofe ha provocado varios muertos y decenas de heridos.

La organización busca recorridos alternativos para llegar a zonas de descanso y controlar toda la enorme infraestructura de la prueba. Muchos pilotos y vehículos de asistencia quedaron atrapados durante la jornada del martes en el caos.

«Tenemos que hacer 900 kilómetros en coche para llegar a Chilecito, con la esperanza de que el jueves podamos disputar la décima etapa. Cada día que pasa es un día menos para poder remontar, pero lo vamos a intentar», concluye Roma.