El Real Madrid, clasificado para los octavos de final de la Liga de Campeones y sin opciones de arrebatar ya el liderato al Tottenham, busca la mejoría y corregir su falta de pegada en un duelo en el que el Dortmund se juega seguir en Liga Europa.

El que las últimas temporadas ha sido un duelo grande, incluso por acceder a las fases finales de la competición más importante del mundo a nivel de clubes, llega en esta ocasión al Bernabéu sin el aliciente de nada en juego para un Real Madrid que tan solo pone en juego su orgullo.

Pese a todo, el equipo de Zinedine Zidane está necesitado de un buen partido que sirva de punto de inflexión en un mes de diciembre en el que se juega gran parte de sus opciones en Liga. Lo inició con mal pie, desaprovechando con un empate sin goles en San Mamés el pinchazo del líder liguero, el Barcelona, y dejando en el madridismo la sensación de impotencia ante la falta de pegada.

Zidane se plantea rotar. Encara la cita sin Dani Carvajal, sancionado, ni Gareth Bale, de nuevo con molestias en su sóleo izquierdo. En defensa puede cambiar los laterales con la entrada de Achraf y Theo. Y tienen opciones de titularidad Mateo Kovacic y Dani Ceballos en el centro del campo, incluso un recién recuperado Marco Asensio si se concede descanso a Isco Alarcón.