El Al-Qazeres vive un momento convulso. Acaba de prescindir de una jugadora, Afure Jemerigbe, a la que busca sustituta. Y uno de sus referentes, Carla Nascimento, ofrece un diagnóstico descarnado de lo que está sucediendo en el estreno en la Liga Femenina de baloncesto. "Entre los dos últimos partidos queríamos sumar una victoria, sobre todo en el de Rivas. Es difícil perder, y hacerlo ante tu afición. En ningún momento peleamos por el partido. Siempre se vio que no íbamos a darle la vuelta. Otra cosa es que no luchásemos, pero no pudo ser", lamenta quien probablemente es la jefa del vestuario.

La base portuguesa reconoce que no se respira optimismo en el vestuario. "Anímicamente no es fácil dar la vuelta", apunta. Y su 'remedio' es "cambiar el chip, entrenar más duro y hacerlo. Nos están poniendo problemas en la pista que tenemos que ser capaces de lidiar con ellos. Es otra categoría, con otros problemas más elevados, y tenemos que prepararnos para ellos".

"Sabíamos que iba a ser muy duro, pero es verdad que luego te duele mucho perder. Es verdad que muchas venimos de Liga Femenina 2, que estamos acostumbradas a ganar. Tenemos que pensar en lo que hemos hecho mal y cómo podemos darle la vuelta, empezar las semanas a tope", añade.

Su temporada a nivel personal tampoco está siendo redonda (4,8 puntos, 3,8 rebotes y solo 1,9 asistencias, con bajos porcentajes de tiro). Al igual que sucede con el club, es, al filo de los 29 años, su estreno en la máxima categoría. Y ni de lejos se la ve cómoda ni dominante en los partidos, al contrario de lo sucedido en las últimas campañas. Ella no elude la responsabilidad. "Estoy intentando encontrar mi forma de contribuir para el equipo. Tengo que buscar un término medio entre tirar, anotar, mandar... Me preocupa la defensa porque las bases que vienen tienen muy buen nivel. El tiempo que esté en la pista, aportar. No estoy acostumbrada a tener tantas preocupaciones a la vez, pero es que ahora para estar bien tienes que ser muy completa", analiza.

"La exigencia es otra

En su opinión, las dificultades que atraviesa individualmente no se deben a ningún problema físico. "Me siento siento bien, pero la exigencia es otra. Las jugadoras que tienes delante son otras, son más listas, leen mejor el juego. Te ponen problemas diferentes", responde.

Pese a todo, Nascimento siempre se ha caracterizado por una mentalidad positiva, aunque ahora se esté poniendo a prueba. "Siempre soy optimista. Si no voy para ganar un partido, no voy. Si salimos diciendo que vamos a perder, no salgo. Creo mucho en el trabajo, toda la vida lo he hecho para conseguir lo que tengo. No tengo un físico privilegiado. Si te propones objetivos dignos, puedes llegar muy lejos. Todos los grupos. El nuestro, también", dice.

Futuro inmediato

El próximo sábado espera la visita al Gernika Bizkaia, uno de los primeros clasificados. "Partido muy difícil, pero todo el mundo cae. Si vas a tope, puedes hacer caer a cualquiera. Podemos ganar. Más que nunca tenemos que agarrarnos a eso. No tenemos nada que perder", arenga la base.

Lo que más le está doliendo de todo está siendo el rendimiento en el Serrano Macayo. "Me duele mucho perder en casa. El primer partido que caímos en casa, con la afición apoyándonos tanto, no pude evitarlo y rompí a llorar. Yo he jugado en este pabellón con tres o cuatro padres de las jugadoras en la grada y ahora viene mucha gente. Entiendo que haya algo de enfado. Quieren vernos pelear, por encima de ganar o perder, y es lo que tenemos que hacer", apostilla.