CACERES DESTINO TURISTICO 84: Rivero (12), Damon Johnson (26), Morales (0) Okac (17), Oscar Rodríguez (9) --cinco inicial-- Javi Pérez Iniesta (11), Javi Pérez Gutiérrez (2), Cazorla (7).

CAI ZARAGOZA 89: Ciorciari (4), Lescano (29), Sabaté (6), Mesa (2), Hill (12) --cinco inicial-- Doblado (9), Earl (8), Ferrer (10), Oscar González (9).

ARBITROS: Sánchez y Zamora. Eliminados: Hill (min. 38) y Johnson (min. 40).

MARCADOR CADA CINCO MINUTOS: 9-13, 18-24, 28-41, 43-52 (descanso), 54-59, 66-66, 71-77 y 84-89.

Hubiese sido una victoria preciosa, pero hasta la épica parece haber abandonado al Cáceres Destino Turístico, que ayer acumuló su quinta derrota seguida. Fue ante uno de los poderosos de la Liga LEB, el CAI Zaragoza, con una dignidad altísima, pero con las mismas dosis de frustración que últimamente.

Los verdinegros se dejaron literalmente la piel, pero forman un equipo limitadísimo, de baja gama. Demasiado poco ante una escuadra tan insaciable como la maña, que además contaba con la motivación extra de los ex Oscar González, Benito Doblado y el técnico Alfred Julbe. Los tres tuvieron su cuota importante de protagonismo en un resultado al fin y al cabo previsible, pero al que se llegó por caminos insospechados.

DE MENOS A MAS Y es que la cosa pintaba para paliza mediado el segundo cuarto, cuando el CAI se mostraba como una máquina de clavar triples. Hasta nueve consiguieron los zaragozanos antes del descanso --de doce intentos--, mientras que el Cáceres se mostraba tímido, blando, como empequeñecido ante tanta fractura emocional, institucional, económica, social...

El 28-44 del minuto 16 de juego auguraba un epílogo negro, otra puñalada a un proyecto que se está convirtiendo cada vez más en maldito. Sin embargo, ocurrió algo que hizo que el resultado final casi supiese a victoria: los jugadores del Cáceres se rehicieron poco a poco con una pasión admirable y remontaron poco a poco hasta llegar a ponerse por delante. El hecho de no culminar con un resultado positivo le quita algo de heroismo al asunto, pero la reacción de la grada fue de aprobación y de mucho orgullo.

El partido en sí tuvo otras lecturas positivas. Jiri Okac volvió a demostrar que los años no pasan por él y que su papel en la pista se parece muchísimo al que tenía hace más de una década, cuando acaudilló al Cáceres hacia el ascenso. 17 puntos --incluyendo un triple final--, 7 rebotes y 4 tapones llevaron su sello. Puede hacer buena pareja con Oscar Rodríguez, un fichaje oculto porque como titular --ahora que Higgins, que estaba en la grada, se ha marchado-- rendirá mucho más. Más desnudo aparece el juego exterior, porque los 26 puntos de Damon Johnson no llevaron ningún barniz de liderazgo y Juanmi Morales volvió a tener otra noche para el olvido.

CORAJE Ñete Bohigas conserva la esperanza de reconstruir el equipo con la base que hay ahora. El técnico sabe que la situación es desesperada en el plano extradeportivo, pero que se puede reconducir perfectamente con un par de fichajes atinados. La muestra de todo eso fue la reacción con la que obsequió a la grada entre el segundo y el tercer cuarto. Levantar 16 puntos de desventaja ante el equipo más en forma de la competición no está al alcance de cualquiera.

Con el partido controlado, Lester Earl falló dos mates. Fue una jugada significativa. Después, los cacereños, admirablemente apoyados por su hinchada, llegaron a ponerse por delante en un par de ocasiones (64-62, min. 29; 71-60, min. 33) gracias a su inteligencia para aprovechar sus mínimos recursos y, sobre todo, su enorme sacrificio. Resulta extraño en un equipo en el que apenas se juntan ocho jugadores para entrenar y que no tiene para pagarse el turrón.

Al final, el CAI echó mano de su mayor arsenal y esta vez encontró a Matías Lescano (29 puntos en 30 minutos) y alguna manita arbitral.