El propio entrenador del Al-Qazeres lo dijo el viernes, tras perder de forma rotunda ante el Rivas Ecópolis (43-64). "Ha sido inaceptable". La frase de Jacinto Carbajal esconde el malestar en el club con el rendimiento de varias jugadoras, y se manejan medidas para frenar una racha de resultados (solamente una victoria en las últimas siete jornadas) que todavía tiene al equipo fuera de la zona de descenso, pero que preocupa extraordinariamente.

El representante extremeño en la Liga Femenina de baloncesto vive su particular sarampión en la élite. Hasta ahora había sido un club ganador, que vivía victoria tras victoria en la segunda categoría. Ascender le ha supuesto tener que adaptarse a nuevos escenarios, sobre todo al de convivir con los malos resultados, como por otra parte tiene su lógica por cuestiones presupuestarias.

Más fríamente, el resultado ante el Rivas se encuadra en un contexto menos dramático del que pareció en la noche del viernes en un Serrano Macayo que, según datos del club, acogió a 900 personas. No se hizo público que Callan Taylor se había levantado de la cama, con fiebre, únicamente para jugar, y tampoco que Marta Tudanca tenía serios problemas de movilidad por dolores en una pierna. Se espera que, aunque es un partido difícil, todo mejore en la visita al Gernika. Las jugadoras han sido advertidas de que lo que no consentirá, por encima de las derrotas, será la mala imagen en la pista. Por su parte, la confianza en el trabajo que está desarrollando Carbajal es total y absoluta. El suyo es un caso especial dentro del mundo de los entrenadores: más que un empleado del Al-Qazeres, es parte de él, siendo clave en su fundación hace unos años.