Ríe McLaren. En un día en el que Lewis Hamilton sufrió el reventón de un neumático por su agresivo pilotaje, el inglés aumentó su ventaja en el liderato en el mundial. Respira Ferrari. McLaren no es tan fuerte como apuntaba. Felipe Massa se hubiera llevado el triunfo del Gran Premio de Hungría de no romper su motor a falta de tres vueltas. Lo corrobora Kimi Raikkonen, tercero, dueño de la vuelta rápida. El bache ha sido tapado. Celebra Heikki Kovalainen su primera victoria en F-1 y Timo Glock su primer podio. Sonríe Fernando Alonso tras pelearse con los grandes y atrapar un cuarto puesto que iguala su mejor resultado del año (Australia). Todos se van contentos de vacaciones.

Puede que Massa maldiga la válvula que dejó a su Ferrari envuelto en humo blanco a falta de tres vueltas, cuando se veía ganador y líder del Mundial de nuevo. "Las carreras pueden ser muy crueles. Estoy muy frustrado", dijo tras acariciar su primera victoria sin salir desde la pole. Para endulzar ese mal trago solo tiene que visionar el vídeo de la carrera, sobre todo de la primera vuelta. Dejó clavado a Kovalainen en la arrancada y se fue a por Hamilton en la primera curva. Apuró por fuera, lo más difícil. Luego dio al inglés de su propia medicina y se tiró hacia dentro sin miramientos. De tercero a primero, de víctima a verdugo. Y no solo eso. Impuso un ritmo imposible para Hamilton.

FRENADA EXCESIVA Massa, Hamilton y Kovalainen. El podio parecía decidido. Nada de eso. En su intento de seguir el ritmo de Massa, Hamilton castigó su segundo juego de gomas bajo el abrasador sol de Budapest. En la frenada de la curva dos, su rueda delantera izquierda comenzó a echar humo como tantas veces, pero esta vez perdió presión. Cuando comprobó el maltrecho estado de la rueda enfiló el camino de boxes. Tuvo suerte, era la vuelta 41, solo tres antes de la prevista para su segunda parada. Volvió por detrás de Alonso, al que nunca inquietó. No pudo rodar más rápido que el R28 en la mejor carrera de la temporada para el asturiano.

Alonso superó claramente a Raikkonen en una gran salida que le hubiera llevado de la séptima plaza a la cuarta de no ser porque Timo Glock le cerró la puerta. Pero el botín no era malo. Esta vez la estrategia estaba bien planteada, con un primer relevo suficientemente largo como para sujetar a Raikkonen --entraron a la vez en el primer repostaje-- y cuatro vueltas más largo que Robert Kubica, al que ambos superaron.

Alonso montó el juego de neumáticos que había desgastado suavemente el día anterior para evitar el graining . Por el tiempo que habían invertido en la primera parada, tanto él como Raikkonen se detendrían más o menos a la vez en la segunda. Necesitaba un poco de ventaja y la encontró cuando el finlandés se fue por la escapatoria y perdió varias décimas en la vuelta en la que el asturiano enfilaba la calle de boxes. El finlandés entró un giro más tarde. Todo resuelto. O eso parecía.

REPOSTAJE MISTERIOSO "Estaba convencidísimo de que saldría por delante de Kimi porque cuando miré por el espejo vi que no estaba, que se había salido un poquito. Y pensé: Justo lo que necesitábamos para estar seguros de que salimos por delante", reveló Alonso. Pero no, Kimi regresó muy por delante. Ganó casi dos segundos en el repostaje, algo increíble porque debía cargar la misma gasolina que Alonso. "Su primer repostaje fue también más rápido que el mío o sea que igual echan gasolina más rápido que nosotros", se planteó. "Tenemos que averiguarlo". En esa maniobra perdió el podio. No importa. "Es la primera carrera en la que estamos un poco cerquita de ellos y la mejor de lo va de año".