Una tórrida jornada más en el Abierto de Australia, con 43 grados de temperatura, obligó de nuevo a que los partidos se disputasen bajo techo y con aire acondicionado, y los tres últimos españoles que quedaban en el cuadro, David Ferrer, Tommy Robredo y Virginia Ruano fueron eliminados.

Los tres cayeron en la misma pista, la Vodafone, que se convirtió en una auténtica tumba. Primero, Virginia Ruano ante la belga Justine Henin-Hardenne, por 6-0 y 6-3, luego Tommy Robredo ante el argentino David Nalbaldian, por 6-3, 6-0, 2-6 y 6-2, y por último David Ferrer ante el veterano francés de 33 años Fabrice Santoro, por 6-4, 7-5 y 7-5.

Huir de las altas temperaturas y colocar los partidos bajo techo forma parte de la regla sobre el calor extremo que se aplica en esas situaciones. Se hace más humano, desde luego, pero a los jugadores españoles y a muchos otros suramericanos les priva de la vivacidad de la bola.

En mayor o menor medida eso les pasó factura hoy a los tres, como el sábado a Juan Carlos Ferrero y a Maria Antonia Sánchez Lorenzo.

De todos, quizás David Ferrer tenía mayores posibilidades, habida cuenta que su rival es el más veterano del cuadro y venía de luchar tres horas y 47 minutos ante el argentino Gastón Gaudio. Pero Santoro dio muestras de una gran experiencia, atacando la bola con velocidad y subiendo 72 veces a la red, para ganar 44 puntos en ella.

El partido fue extraño, con 17 roturas de servicio en total pero Santoro supo llevárselo en los tramos finales de cada manga por su mayor iniciativa. "Me faltó chispa y él estuvo eléctrico", comentó el jugador de Xavea, que en algunos momentos se sintió crispado y que incluso mostró su ira al golpear un micrófono sobre la pista.

Tommy Robredo, que tan buena imagen proporcionó al vencer a James Blake en la ronda anterior, se encontró con el mejor David Nalbandian que podía esperar. El jugador cordobés está ya recuperado de un proceso viral contraído días antes de comenzar el torneo, y va a más. Y su exhibición en los dos primeros sets es una buena muestra de su ambición en este torneo en el que lleva cuatro años plantándose en los cuartos de final.

El de Hostalric solo tuvo opciones en el tercer set, en el que logró abrir más huecos al argentino, pero no pudo mantener ese ritmo, y en el cuarto, el campeón de la Copa Masters estuvo demoledor. "No he perdido por jugar dentro ni fuera, si juega así me gana dentro, fuera o donde sea", admitió Robredo.

Mientras, la belga Justine Henin-Hardenne no tuvo problema alguno para deshacerse de Virginia Ruano en 71 minutos. Si ya es difícil vencer a Henin al aire libre, intentarlo bajo techo fue todavía más complicado para Ruano, que nunca ha podido ganar un solo set a la ex número uno del mundo, campeona aquí en el 2004, y que ya se había impuesto a la española en Roma (2002), Abierto de Australia (2003) y Roland Garros (2005).