Erase una vez un niño.... ja, ja, ja", escribió Tommy Robredo sobre el objetivo de la cámara de televisión tras ganar a Philippe Kohlschreiber por 6-4, 5-7, 7-6 (7-2) y 6-2. "Había dicho que algún día escribiría una frase larga o un verso en lugar de firmar como hacen todos, para cambiar. Total, los espectadores lo ven al revés y no se enteran de lo que pone", decía feliz por una victoria que mantiene las esperanzas españolas en Roland Garros tras la sorprendente eliminación de Rafael Nadal. El tenista catalán será el único representante de la armada en los cuartos de final en París, a los que accede por cuarta vez (2003, 2005, 2007 y 2009).

Que nadie dude que a Robredo le gustaría acabar el domingo ese cuento que empezó a escribir ayer, aunque de momento su próxima preocupación es el partido de dobles de cuartos de final, que hoy jugará junto a Marc López contra los hermanos Bryan, a la espera de enfrentarse mañana al argentino Juan Martín del Potro, que hizo llorar al público francés después de vencer a Jo Wilfried Tsonga por 6-1, 6-7 (5-7), 6-1 y 6-4. Superar la ronda de cuartos ya sería un gran éxito para el catalán, que nunca ha pasado esa barrera en los 34 torneos de Grand Slam que lleva jugados de forma consecutiva, una estadística solo superada por Santoro y Federer.

AYUDA DE COSTA "Hoy he hecho mi faena y muy bien", aseguraba contento tras imponerse a un rival que en la ronda anterior había dado la primera gran sorpresa del torneo al eliminar al serbio Novak Djokovic en tres sets. Robredo se apoyó en un espléndido servicio para imponer su dominio sobre la pista Suzanne Lenglen. Durante todo el partido solo cedió 29 puntos en los 21 juegos que sacó y en los que logró 7 aces y el 81% de efectividad con el primer saque. Robredo solo cedió el servicio en una ocasión y eso le costó perder la segunda manga.

"Ha jugado un gran partido, manteniendo a raya a Kohlschreiber y no era fácil porque es un jugador muy peligroso cuando le dejas entrar en la pista con sus golpes. Nos ha dado una gran alegría", aseguraba Albert Costa, capitán del equipo español de Copa Davis que estuvo en las gradas animándole.

Mientras, Federer sufrió, pero terminó ganando a Tommy Haas (6-7 (4), 5-7, 6-4, 6-0 y 6-2).