La Comisión Nacional contra la Violencia impuso ayer una multa de 3.001 euros al espectador que agredió al entrenador del Melilla, Miguel Rivera, en encuentro disputado en el Príncipe Felipe entre el equipo de la ciudad autónoma y el Cacereño.

La sanción, que se hizo pública en la tarde de ayer, coincide con la continuidad de la polémica entre los dos clubs de Segunda B, que han amenazado con denunciarse públicamente.

El entrenador del Cacereño, Ismael Díaz, contestó ayer a las declaraciones de Rivera reproducidas por el Diario Málaga Costa del Sol, en las que culpa de los incidentes del domingo al propio Díaz. Insistió en que Rivera "sufre una especie de fijación" hacia él, al tiempo que da su versión de los hechos, afirmando que el entrenador del Melilla sólo recibió "una colleja, e inmediatamente comienza a teatralizar y cae desvanecido, sin que realmente hubiese perdido el conocimiento". Díaz cree que Rivera "trata de llamar la atención, sin darse cuenta que hay muchos testigos de los hechos".

Mientras, la plantilla verde también opinó ayer, negando que hubiese una "encerrona", destacando su "talante pacificador" y criticando a Rivera.