Los jugadores del Villanovense cuenta las horas para el partido de sus vidas. Puede sonar a tópico, pero en este caso parece muy real. El conjunto extremeño recibe hoy (18.30 horas) en el Romero Cuerda al Athletic de Bilbao B, en un partido de fase de ascenso a Segunda, algo nunca visto en Villanueva de la Serena.

Una vez más esta temporada el Villanovense tiene ante sí la posibilidad de ofrecer a su público un momento único, histórico. Y no solo al aficionado serón, porque todo extremeño que viva este deporte con pasión estará hoy pendiente de lo que hagan los verdes.

El filial bilbaíno será la próxima pesadilla de este apacible sueño en el que vive inmerso el Villanovense desde que empezara la temporada. No será un rival fácil, pero a estas alturas cuesta creer que alguno fuera a ser cosa de coser y cantar.

El entrenador villanovense, Julio Cobos, ha analizado a conciencia a su rival de hoy, que era hasta esta semana un auténtico desconocido. "Era el rival que queríamos, pero después de conocerlo, creo que es de los segundos el que llega en mejor forma, no el mejor equipo, pero sí seguro que el que llega en mejor forma", señala.

Los canteranos vascos vienen de atravesar una situación cuanto menos extraña, y es que a falta de cinco minutos para terminar la liga, eran líderes. La situación recuerda a la vivida por el Villanovense este año en Copa del Rey, con el mismo protagonista: el Huesca. Los vascos vieron cómo, en el 85, el conjunto oscense les empataba el partido y se llevaba el liderato.

MAXIMA PRECAUCION Tras una semana de preparativos para este partido, el técnico de Valdehornillos conoce ya bien a su rival y lo compara con lo que ya conoce, es decir, los filiales del grupo 4. "Es un filial muy fuerte, una mezcla de los filiales del Almería y Granada, en defensa quizás se parece más al almeriense, y en tema ofensivo al Granada", dice Cobos.

A pesar de esta combinación, asegura que no se atrevería a decir que es mejor que los filiales a los que se han enfrentado esta temporada. Aun así reconoce que "es la cantera de un equipo de Primera División, pero de un equipo que sí que tira de la cantera, se nutre de esos jugadores, porque es la política del club, por tanto son jugadores que se están formando para estar en Primera División y a muchos los vamos a ver pronto en el primer equipo".

En cuanto a los nombres propios que le han llamado la atención: Sabin y Santamaría. "Me gusta el equipo en general, tiene unos laterales muy ofensivos, pero te fijas sobre todo en los dos jugadores que más goles han hecho, Sabin, jugador con un físico imponente y que jugando en banda ha conseguido 17 goles, y Santamaría que es un cazagoles", analiza.

Para contrarrestar esta calidad ofensiva se ha trabajado en los entrenamientos, aunque sin salirse de la normalidad. Tal y como explica Cobos, se ha preparado "lo mejor posible, pero la dinámica y el entrenamiento no han variado mucho, y solo hemos concretado en algunos aspectos defensivos".

En cuanto a los ánimos en el vestuario, la vida sigue igual, con ilusión, pero con los pies en el suelo: "Estamos muy ilusionados, hemos disfrutado de la semana junto a la afición, pero nosotros vamos a otro ritmo, que es el de centrarnos en el partido" dice Cobos, que añade que "la gente está muy metida y quiere que llegue cuanto antes el partido, porque son partidos bonitos".

La semana pasada el Villanovense vivía en el Romero Cuerda ante el Betis B la última de las finales para seguir disfrutando despierto de este sueño. Sin embargo, este partido será diferente. "El día del Betis incluso atenazaban más los nervios, porque era el paso previo a poder jugar una eliminatoria de este tipo, y ahora es otra cosa, son partidos que se afrontan de otra manera", afirma el entrenador serón.

Y pase lo que pase hoy, nada estará perdido, porque tal y como señala el míster serón, "se juega a 180 minutos, con un primer acto aquí y un segundo allí".

Minuto a minuto, partido a partido y ahora eliminatoria a eliminatoria. Con ese método, son varios meses en los que el despertador serón sigue sin sonar, dejando que el sueño siga adelante. Llegará el día en el que toque despertarse y convencerse que nada era soñado, sino una realidad. Pero de momento, carpe diem .