No es una semana normal para los dos equipos extremeños en la LEB Plata. La disputa de la Copa LEB Plata este fin de semana en Palencia, para la que ninguno de los dos se clasificó, les ha permitido trabajar con mayor tranquilidad en los últimos días. Ambos ven aún algo lejos sus respectivos partidos del fin de semana del 8-9 de febrero. El viernes jugará el Cáceres 2016 --en casa ante el Qalat CajaSol-- y el sábado lo hará el Extremadura Plasencia Galco --en la pista del Prat-- y, aunque sus técnicos ya piensan en sus respectivos rivales, el ambiente es de mayor relajación de lo habitual entre las plantillas.

El efecto secundario positivo es que ambos conjuntos ganarán tiempo para recuperar a los numerosos jugadores que arrastran problemas físicos que incluso les han impedido disputar encuentros.

Sanguino, mejor

La mayor preocupación en el Cáceres 2016 era la subluxación de hombro de Juan Sanguino. Las primeras estimaciones descartan dificultades mayores, aunque de momento no se le forzará para evitar complicaciones en un hombre que estaba siendo fundamental para Piti Hurtado.

Mientras, quien no jugó en Palencia fue Alberto Aspe, aquejado de fuertes dolores en los pies producto de un clavo que hubo que introducirle la pasada campaña por la fractura de un metatarsiano. A estas dos bajas se unió en el entrenamiento del pasado lunes Kelvin Peña, por lo que el cuadro técnico ha echado mano de jugadores vinculados y juniors.

En el Plasencia Galco estuvieron todos disponibles el pasado sábado, pero Juan Pablo Márquez continúa preocupado por los esguinces de tobillo de Jorge Lledó --que se perdió varios encuentros anteriormente y solo jugó ocho minutos ante el Ourense-- y Rubén Ibeas, que paradójicamente fue uno de los mejores ante los gallegos (18 puntos en 23 minutos).

Otros jugadores como Jason Blair están castigados por el esfuerzo de permanecer muchos minutos en pista y son cuidados por los responsables médicos placentinos para que estén a punto en la segunda mitad de la liga regular.