La Real Sociedad perdió una inmejorable ocasión de sentenciar la Liga tras empatar ante el Valencia, pero consiguió un punto de indudable valor porque si gana en Vigo la próxima jornada y el Real Madrid no lo hace ante el Atlético de Madrid será campeón.

Los donostiarras sabían que una victoria prácticamente les ponía la Liga en bandeja y por ello encerraron de inicio a un Valencia, diezmado por la baja de hasta cuatro titulares, que trató de imponer su firmeza defensiva ante un equipo muy peligroso cuando ejerce de local, como se desprende de los 15 meses que llevan invictos en Anoeta.

ACOSO INICIAL

Nihat tuvo la primera gran oportunidad de marcar cuando en el minuto 8 forzó a Baraja a cometer una falta en la línea del área grande, distancia en la que el atacante turco en un consumado especialista y, aunque en primera instancia Cañizares repelió su disparo, Karpin en la boca de gol a punto estaría de marcar.

El Valencia era un frontón, desgastaba al líder y ocasionalmente trataba de sorprender con contraataques como el que se produjo en el minuto 30, culminado en un saque de esquina que Baraja estaría a punto de aprovechar con un hábil remate que rozó el poste de Westerveld y metió el miedo a una eufórica afición que llenaba el estadio realista.

La Real Sociedad, sin embargo, es un equipo de muchos recursos y tiene a un explosivo Nihat que a doce minutos del descanso encararía a Cañizares sin poder batirle en el uno contra uno, pero esta acción y el consiguiente saque de esquina gestaría el primer gol realista, cuando Xabi Alonso cabeceó al fondo de la red un servicio de De Pedro.

Poco les duraría la alegría a los jugadores guipuzcoanos que dos minutos más tarde vieron como el Valencia empataba el encuentro en una acción de fortuna del francés Revelliere, quien se vio beneficiado porque su remate lo repelió Jauregi y desvió la trayectoria del esférico despistando a Westerved.

Este tanto le dio alas al Valencia y en la segunda mitad comió terreno a una Real que en ese momento estaba atenazada por los nervios y había perdido la frescura, aunque eso le convertía en un rival impredecible, peligroso cuando cogía a los jugadores de Rafa Benítez a contrapié y sobre todo al quedarse en superioridad numérica por expulsión por doble amonestación de Ayala.

Hasta el final, acometidas constantes de los donostiarras en busca de una victoria que no llegaría por el excelente trabajo defensivo de un Valencia que mantiene intactas sus posibilidades de clasificación para la Liga de Campeones. Los levantinos no habían renunciado al ataque, pero el punto puede acabarle sabiéndoles a gloria.