Lo mejor de la selección apareció ayer frente a Rusia. Fue fútbol en estado puro. Una interpretación maravillosa para encandilar a Europa.

La primera goleada fue estratégica. Los rusos se creyeron superiores a nosotros y les caímos con todo nuestro contragolpe. Anoche, les sobrevino un aguacero de fútbol. Se acordarán de nosotros toda su vida.

Fue el equipo entero elque dominó el partido

Paciencia. Un buen término, una enorme estrategia, el mejor grito para una selección que, conocedora de sus cualidades, de las virtudes de sus jugadores, de todos y cada uno de ellos, decidió que, por mucho que le apretase Rusia, que le apretó de verdad, saldrían adelante con lo mejor que tienen: calidad, posición, toque-toque y desplazamiento del balón.

Cierto, todo llegó en la segunda parte, pero llegó a chorros, a mares. Fue el diluvio. España, con Xavi, Iniesta, Cesc, Senna y sus tocadores, fueron mareando el balón, moviéndolo con criterio. Y del criterio llegaron los espacios. Y del espacio, las ocasiones. Y de las ocasiones, los goles. ¡Golazos! Y de todo ello, la diferencia. La enorme diferencia entre una selección que se sabía mejor y otra que no tuvo posibilidad alguna de ganar.

Fue el fútbol en estado puro. El juego más hermoso del mundo.

Siempre hay queacordarse de Iker

Eurocopa de fútbol, Eurocopa de juego, Eurocopa vistosa, pero Eurocopa con pocas porteros. O con pocos porteros grandes, buenos. España posee, tal vez, al mejor, con el permiso de Buffon. Y anoche, de nuevo, Iker nos sacó del apuro. Sí, ya sé que soy portero; sí, ya sé que siempre intentó reivindicar a los míos, pero ustedes, que aman este juego como yo, saben que, con el 0-0 en el marcador, esa manita de Casillas a disparo desde fuera del área de Pavlyuchenko fue medio partido, media semifinal y casi la final entera.

Luego, cierto, llegaron los de arriba con lo suyo, con esa llegada oportuna de Xavi, con la filigrana de Güiza (menudo piececito el suyo) y el golazo, de todo el equipo, de Silva. Pero antes fue Iker Casillas, antes.

Y Luis se retiró parapreparar la final

Yo sé que ustedes no apreciaron el detalle. Y, si lo apreciaron, les agradezco el gesto y la visión de la jugada. Fue cuando el árbitro pitó el final del partido. En ese mismo instante, mientras todos nos felicitábamos, Luis se dio la vuelta, pasó por detrás de su banquillo y dejó las celebraciones para sus jugadores. Para él solamente existe ya la final.

Y contra Alemania. Para Luis, Alemania es la esencia del fútbol. Es el rival, la selección, la camiseta y el juego que mejor y más representa lo que el concepto que él, el sabio, tiene del fútbol. Ganarles a ellos es derrotar al tuétano del fútbol.