TURQUIA - 95: Tunçeri (10), Onan (10), Türkoglu (10), Ilyasova (19), Asik (9) -equipo incial-, Akyol (2), Güler (12), Ermis (0), Erden (6), Savas (8), Gönlüm (4), Arslan (5).

ESLOVENIA - 68: Lakovic (8), Dragic (5), Nachbar (16), Zupan (3), Brezec (10) -equipo inicial- Slokar (10), Rizvic (0), Becirovic (16), Udrih (0), Jagodnik (0), Vidmar (0).

MARCADOR POR CUARTOS: 27-13, 50-31, 71-43 y 95-68.

ARBITROS: José Aníbal Carrión (PUR), Anthony Jordan (EEUU), Christiano Maranho (BRA). Expulsado por cinco faltas el esloveno Vidmar.

Los anfitriones se metieron, por todo lo alto, en la lucha por las medallas. El conjunto otomano no dio opción al sumiso bloque báltico. Fue una victoria coral, en la que la escuadra de Bogdan Tanjevic demostró que, al abrigo de su público, está dispuesto a entrar definitivamente en la élite del baloncesto. De momento, ya se ha asegurado su mejor plaza en un Mundial.

Con el cuarteto con marchamo NBA (Hedo Turkoglu, Ersan Ilyasova, Omer Asik, Semith Erden) tirando del carro, Turquía puso rápidamente tierra de por medio y ya ganaba de 19 al descanso (50-31).

El exazulgrana Ilyasova, máximo anotador con 19 puntos, volvió a demostrar que se encuentra en un momento de forma excepcional. Por Eslovenia, apenas Becirovic y Nachbar (16 puntos por cabeza) dieron la cara ante el aluvión de juego. Lakovic estuvo desaparecido.

La segunda mitad fue de auténtica exhibición del cuadro local, que llegó a ganar de 30 puntos para deleite del Sinan Erdem Arena, que enloqueció al certificar el paso, por primera vez en la historia, de Turquía a las semifinales de un Mundial. Ahora sueñan con repetir el éxito del 2001, cuando se coló en la final del Europeo que organizaba, donde perdieron precisamente ante Yugoslavia, antecesora de Serbia, su rival en la semifinal del sábado.