STEAUA DE BUCAREST: Cernea; Stancu (Croitoru, m.81), Ghionea, Goian, Petre Marin; Nicolita, Petre Ovidiu (Paraschiv, m.58), Radoi, Bostina; Badea (Cristocea, m.61) y Thereau.

SEVILLA: Palop; Hinkel, Aitor Ocio, Escudé, Puerta; Daniel Alves, Maresca, Poulsen, Adriano (David, m.32); Alfaro (Kanouté, m.68) y Kerzhakov (Chevantón, m.77).

GOLES: 0-1, M.41: Poulsen. 0-2, M.76: Kanouté, de penalti.

ARBITRO: Florian Meyer (Alemania). Amonestó con tarjeta amarilla a los sevillistas Puerta (m.06) y Aitor Ocio (m.80) y a los jugadores locales Ghionea (m.11), Petre Marin (m.71) y Thereau (m.80).

El Sevilla, en su partido número cincuenta en la Copa de la UEFA, fue muy superior al Steaua de Bucarest, al que venció por 0-2, y prácticamente selló su pase para los octavos de final de esta competición, aunque la próxima semana en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán deberá confirmarlo.

La formación andaluza, actual campeona de este torneo, dominó de principio a fin a un adversario que la pasada temporada estuvo muy cerca de ser finalista y que en esta campaña llegaba a la Copa de la UEFA rebotado de la Liga de Campeones.

El entrenador, Juande Ramos, que se niega a hablar de rotaciones y sí de utilizar a los jugadores más convenientes, en esta ocasión no tuvo ningún problema en disponer una formación muy novedosa en Bucarest, lo que le dio un gran resultado.

La formación que dirige Cosmin Olaroiu, que llevaba dos meses sin disputar un partido oficial por el parón invernal, estuvo a merced del Sevilla y notó quizá la falta de ritmo y también la ausencia por lesión de su goleador Nicolae Dica.