El comité de competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) consideró en su reunión de ayer que el incidente protagonizado por Zinedine Zidane y Quique Alvarez, que le costó a ambos la tarjeta roja en el partido Real Madrid- Villarreal, no fue una agresión.

"Se ha descartado que fuera una agresión. Se considera una mutua desconsideración y se ha sancionado con un partido a cada jugador", explicó tras la reunión Alfredo Flórez, presidente del comité de competición.

El Real Madrid presentó alegaciones contra las expulsiones de Zidane y Walter Samuel, que vio tarjeta roja por doble amonestación, y también contra las amarillas mostradas a Míchel Salgado, que acarrea suspensión por acumulación, y David Beckham.

Flórez anunció que sólo se han estimado las referidas al centrocampista inglés y que "se ha dejado sin efecto la tarjeta amarilla que se le mostró".

"El Real Madrid presentó pruebas videográficas en los cuatro casos. Entendía que no se desprendía de ello lo que el árbitro de la contienda interpretaba. Pero no ha coincidido con el criterio del comité, salvo en lo que se refiere a Beckham", dijo Flórez.

El presidente del comité de competición no se mostró extrañado porque el Madrid, que no suele alegar contra las sanciones que le imponen a sus jugadores, lo haya hecho en esta ocasión. "Está en su prefecto derecho, como cualquier otro club, de presentar alegaciones cuando lo considere oportuno. En esta ocasión lo ha hecho, quizá porque los partidos son los últimos y hay más intereses en juego. Ha actuado en defensa de su derecho", subrayó.

Flórez también quiso dejar claro que el comité de competición no se siente presionado. "No lo estamos, ni ahora ni nunca. Estamos al margen de ese tipo de cosas. No lo estamos ni por la prensa, ni por los clubes, ni por la propia federación", dijo.

APOYO A FIGO Mientras, la plantilla del Real Madrid completó la doble sesión de trabajo planificada por Vanderlei Luxemburgo para ayer con un entrenamiento vespertino marcado por la presencia del balón y por la pancarta de varios aficionados situada en un fondo, que decía "Te queremos Figo".

Comenzó el entrenamiento sonriendo el centrocampista portugués del Real Madrid. La presencia de los dos hijos de Raúl González, Jorge y Hugo, animó a Figo, que jugó minutos antes sobre el campo junto al capitán y sus niños.

Mientras, Thomas Gravesen volvió a entrenarse con normalidad junto al resto de compañeros, como hizo en la sesión matinal, y quien trabajó en esta ocasión separado del grupo fue Michel Salgado, que arrastra molestias en una rodilla.