La gran mayoría de los partícipes de fondos de inversión, uno de los productos de ahorro más extendidos del mercado español, no tuvieron un buen año en el 2006, a pesar de que para la renta variable, el ejercicio ha resultado uno de los mejores de los últimos años. Aún así, el 44,3% de los partícipes tuvieron una rentabilidad igual o por debajo de la inflación (2,7%) en el 2006, lo que, a efectos prácticos, debe entenderse como pérdidas.

De los 8,8 millones de titulares (una persona puede tener contratado más de un fondo), cerca de cuatro millones se encuentran en esa situación. En su cartera figuran productos de renta fija a corto y largo plazo, fondos de dinero, renta fija mixta y los garantizados de renta fija. "Hasta ahora los inversores más conservadores se habían refugiado con éxito en estos productos. Pero estos activos presentan actualmente un riesgo de precio que conviene tener en cuenta a la hora de decidir la inversión", afirma María Salgado, gestora de Banco Sabadell. Y esta tendencia se ha mantenido claramente durante el 2006, periodo en que la categoría de fondos que más han incrementado el número de partícipes (263%) es el de de renta fija a corto plazo. La rentabilidad de estos productos no ha superado, sin embargo, el 2,15% de media.

DEPOSITOS Destacan fuentes de la gestora del BBVA --la segunda entidad española por volumen de fondos gestionados, cuya cartera de renta fija supera el 60%-- que la mala evolución de estos productos es inevitable en momentos en los que los tipos de interés se mueven al alza. "En esta situación los depósitos se convierten en una competencia directa para los fondos conservadores". Si los tipos se mueven al alza, la rentabilidad de los productos contratados con una tasa más baja suele ser inferior a los que se contratan considerando las expectativas alcistas, como en el caso de los depósitos.

"Las entidades financieras pecan de conservadurismo en sus recomendaciones. Pero hay que ponerse en la piel del director de una oficina que tiene que hacer frente a las pérdidas de los clientes cuando se producen", comenta Fernando Luque, director de análisis de Morningstar, consultora de fondos de inversión. Por otra parte, se ven en la necesidad de "vender" los productos de su entidad financiera, al margen de la rentabilidad que tengan.

JUSTIFICAR EL COSTE Los expertos no justifican esa práctica. "No tiene sentido que un fondo que renta menos que la inflación tenga comisiones superiores al 1%", comenta Luque. Las entidades financieras intentan hacer esfuerzos por combinar el asesoramiento con el coste del producto. Así, algunas gestoras incentivan los denominados fondos de gestión activa, en los que el partícipe delega las decisiones sobre los mercados y composición de la cartera en la entidad financiera y esta cobra una comisión relacionada con el éxito del fondo. Pero el porcentaje de partícipes que tiene este tipo de productos aún es limitado.

"De los 56.000 millones de euros que tenemos en nuestras carteras, solo 3.500 millones son de gestión activa", comentan fuentes del BBVA.