La Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor) ha reclamado a la Administración que establezca deducciones fiscales para aquellas empresas que desarrollan normas de calidad, así como otros incentivos, como ventajas en concursos públicos, para estimular a las sociedades que tienen estos sistemas de normalización implantados.

El presidente de Aenor, Manuel López Cachero, presentó hace escasas fechas el cuarto número de la revista del Instituto de Estudios Económicos (IEE), dedicado a la normalización, junto con el director del IEE, Juan Iranzo, quien coincide en la necesidad de permitir exenciones fiscales a las empresas que implanten sistemas de calidad.

López Cachero señaló que los costes de las normas son muy dispares, porque "dependen de lo que se normaliza", aunque advirtió de que éstos se disparan cuando se realizan normas nuevas, dado que las empresas asumen, fundamentalmente con "horas de trabajo" de expertos, la elaboración de estudios técnicos, desarrollos tecnológicos o determinados ensayos.

Según precisó, organismos internacionales estiman que el coste de elaboración de normas puede oscilar entre un millón de dólares y 400.000 dólares, tras lo que advirtió de que en Europa se elaboran 1.600 normas al año.

Así, defendió que el ahorro público que supone la aportación de las empresas en estos temas debe "compensarse", no con subvenciones, sino con incentivos fiscales para aquellos que "normalizan". El presidente de Aenor declinó concretar con cifras esta demanda, pero insistió en la necesidad de que "se abra el debate".

CALIDAD Y COMPETITIVIDAD "La normalización favorece la calidad y la calidad, la competitividad", recalcó, antes de señalar que en Francia ya existen exenciones fiscales de este tipo.

En su opinión, las normas de calidad no resolverán la crisis, pero si las políticas económicas que se articulen no están presididas por la calidad, "fracasarán".

López Cachero, quien subrayó que el carácter voluntario de las normas es "su gran virtud", sugirió que se establezcan criterios que primen a quienes cumplan determinadas normas, como las de fomento de ahorro energético, y puso como ejemplo el caso de los concursos públicos.

Por otro lado, lamentó que el "entusiasmo" que mostró la Administración con este tipo de actividades cuando nació Aenor en 1986 "hoy no es el mismo".

"En ocasiones nos puede parecer que en el orden de prioridades hemos bajado un par de escalones", señaló el presidente de la asociación, quien recalcó que "un apoyo creciente a las políticas de calidad sería bienvenido".