El objetivo es una gran caja andaluza. Así lo han manifestado tanto el PSOE-A como el Ejecutivo regional, que rechazan las fusiones con entidades de otra comunidad al considerarlo "poco conveniente" para el sistema financiero andaluz. Las propias cajas interpretan este mensaje con matices, y apoyan estas operaciones si no ponen en riesgo el proceso de concentración regional.

Las alarmas han saltado al conocerse los contactos informales entre Caja Murcia y Cajasur, con problemas de solvencia y morosidad. El consejero de Gobernación y vicesecretario de los socialistas andaluces, Luis Pizarro, rechazó el aterrizaje de una caja de otra región, y justificó la decisión en que las miras están centradas en "redimensionar y fortalecer" el sistema financiero andaluz. Una tesis que choca con la defensa de la fusión entre Unicaja y la Caja de Castilla La Mancha, que contaba con el beneplácito de ambos gobiernos y que se frustró por la falta de apoyo del Banco de España.

La consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, se sitúa en la misma línea aunque anuncia que se "estudiará y valorará" la llegada de una caja de fuera que "necesite apoyo". Más favorables son las cajas, que hablan de compatibilizar la integración con una caja no andaluza siempre que obstruya la caja única.