El presidente de Seat, Erich Schmitt, dibujó un diagrama en un reciente encuentro del automóvil en el IESE donde comparó la marca española con Audi y exigió a los proveedores un esfuerzo para conseguir la "misma calidad". El sector ha hecho llegar a Schmitt, con discreción, que no se pueden "hacer milagros". Le explican que Audi gasta una media de 23.300 euros por coche en la compra de materiales y piezas, mientras que Seat invierte 10.000 euros.

"Estamos atrapados en un sándwich. Por un lado, recibimos la presión de los fabricantes de coches de reducir los precios, mejorar la calidad e invertir más en investigación y desarrollo para asumir cada vez más un papel de mayor importancia en la producción de un vehículo. Pero, por otro lado, nuestros costes no paran de crecer, con subidas desorbitadas de materias primas como el acero", afirma el directivo de un proveedor de Seat.

En ese contexto, el mercado ofrece materiales y acabados con calidades diferentes. "Si quieres más calidad, el coste inevitablemente aumenta", añade la misma fuente. Audi gastó 21.627 millones de euros en el 2006 para comprar material y servicios y fabricó 926.180 coches. En Seat, ese gasto ascendió el año pasado a 4.202 millones de euros para producir 422.670 vehículos.

Los sindicatos también se han mostrado críticos con las recomendaciones de Schmitt sobre la calidad de los proveedores y la exigencia del estándar de Audi en un momento en que los cierres de suministradores de la filial de Volkswagen han causado la pérdida de unos 2.000 empleos desde el 2005. Entre las víctimas están SAS, GDX, Sysmo, Tecnoconfort y Frape Behr.

La mejora de los procesos para evitar los retoques finales en los vehículos son una parte importante del ahorro que pide Seat a sus fábricas subordinadas. Es una parte esencial del plan de Seat para recortar 500 millones de euros, que también incluye recortar 1.700 empleos.

El presidente del comité de Seat, Matías Carnero, ha hecho llegar al máximo directivo de la compañía su rechazo a las críticas a los proveedores españoles, que suministran alrededor del 60% de todas las piezas. "El consorcio quiere calidad de Audi a precios de Africa, con los problemas laborales que causa esa presión", aseguró el dirigente sindical, que recordó que la marca alemana tiene a unas 4.000 personas dedicadas a investigación y desarrollo, y Seat, a unas 1.500.

De la filial española de Volkswagen dependen directa o indirectamente 39.000 trabajadores, según las últimas estadísticas. En esa cifra se incluyen unos 16.000 empleados de la plantilla del grupo Seat y los de unas 700 empresas que suministran componentes o servicios a la compañía, explicó Carnero.

ELEVADA DEPENDENCIA Sin embargo, fuentes del sector de la automoción matizan que la presión que ejerce Seat sobre sus suministradores "es la habitual de todas las marcas". El problema es que muchos de los proveedores tienen una elevada dependencia de Seat, que las convierte en vulnerables.

A diferencia de los fabricantes de automóviles, en los que las nóminas del personal representan el 10% de los costes, en los proveedores, el coste salarial asciende hasta el 22%, según un informe elaborado por la patronal Sernauto. Eso hace que la tentación de trasladar la producción a países con costes más baratos sea mayor en los suministradores.