La exposición al sector inmobiliario ha llegado a ser calificada por algunas voces como una bomba en cuenta atrás en el corazón de la banca española. Tal es así que el Banco de España trató ayer de desactivar las críticas reclamando a bancos y cajas más transparencia frente a los mercados y más provisiones para cubrir la posible pérdida.

El mensaje tuvo una importante carga simbólica, ya que lo lanzó José María Roldán, director general de regulación, ante la junta directiva de la Asociación Hipotecaria, la patronal del negocio de financiación de vivienda de las principales entidades. Hace meses, su presidente, Santos González, levantó cierta polvareda al afirmar que la deuda de las inmobiliarias, que cifró en 325.000 millones, "afecta a la viabilidad" de la banca.