El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, consideró que las principales economías del mundo deberían pensar en la posibilidad de volver al patrón oro como medio para fijar la paridad de las monedas, frente al modelo de divisas flotantes que actualmente se utiliza.

En un artículo de opinión publicado en el diario Financial Times , Zoellick instó ayer a los líderes del G-20 a construir un "sistema monetario cooperativo" que refleje las condiciones de las economías emergentes. Este nuevo sistema monetario debería incluir al dólar, el euro, el yen, la libra y el yuan y "debería considerar la posibilidad de utilizar el oro como punto de referencia internacional en cuanto a expectativas del mercado sobre inflación, deflación y cambios de las monedas".

La propuesta supone un cierto retorno al viejo patrón oro instaurado en Bretton Woods en 1945, y utilizado hasta 1971. "Aunque los manuales pueden considerar el oro como una moneda vieja, los mercados aún lo utilizan como activo monetario alternativo", afirma Zoellick. Lejos de esta idea, los banqueros centrales del G-10, reunidos ayer en Basilea, defendieron la necesidad "de tener progresivamente más flexibilidad en los tipos de cambio".

El presidente del BCE y portavoz del grupo, Jean Claude Trichet, explicó que "los participantes mencionaron el hecho de que no persiguen políticas abocadas a una divisa débil", y esto, en su opinión, es muy importante. "La expresión guerra de divisas no se ha pronunciado en absoluto en la reunión", añadió. Según dijo, cada banco central actúa de acuerdo a su mandato. Asistieron de Alemania, Bélgica, Canadá, EEUU, Francia, Holanda, Italia, Japón, Reino Unido, Suecia y Suiza.