Un grupo de inversores italianos y extranjeros con acciones y obligaciones de Parmalat han iniciado una ofensiva legal contra el grupo agroalimentario italiano, en bancarrota desde el pasado diciembre tras detectarse un agujero de 10.000 millones de euros (1,6 billones de pesetas). Unos 400 afectados, reunidos en Parma, anunciaron ayer la puesta en marcha de acciones judiciales contra los bancos que distribuyeron acciones y obligaciones del grupo y contra los organismos estatales de control, como el supervisor bursátil --denominado Consob-- y el Banco de Italia.

La fiscalía de Milán prosiguió ayer con el interrogatorio del director de finanzas de la compañía, Fausto Tonna, para seguir la pista del agujero contable. Los investigadores acusan a Tonna y al fundador del grupo, Calisto Tanzi, de falsear las cuentas de Parmalat a través de sociedades en paraísos fiscales. Tanzi ha admitido ya haber desviado unos 500 millones de euros a sus cuentas personales, y ha puesto su patrimonio a disposición del grupo para tratar de paliar los efectos de la crisis.

ENTIDADES FINANCIERAS La justicia se ha puesto en contacto con las entidades financieras implicadas en el escándalo. Así, Directivos de Citigroup, el Deutsche Bank y el Santander Central Hispano (SCH), entre otros bancos, deberán comparecer ante la justicia italiana, con el objetivo de informar sobre la operativa del grupo.

La Comisión Europea espera recibir de manera oficial el reciente decreto ley del Gobierno que preside Silvio Berlusconi sobre grandes empresas en estado de insolvencia, diseñado a la medida de Parmalat, para examinar si entraña o no un trato de favor al grupo alimentario en crisis con respecto a otras empresas, lo que vulneraría la legislación de competencia. El decreto está diseñado para empresas de más de 1.000 empleados con una deuda superior a los 1.000 millones.

Enrico Bondi, el administrador nombrado por el Ejecutivo italiano para tratar de salvar la empresa, inició el pasado lunes una rueda de contactos con varias entidades financieras italianas para conseguir una línea de crédito de hasta 100 millones de euros a corto plazo.