El objetivo de la política monetaria europea no es disponer de tipos de interés cero como en EEUU. La Reserva Federal los ha dejado en una franja entre el 0,25% y el 0%. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, aclaró ayer que "no es algo que nos hayamos planteado y no lo consideramos adecuado". El consejo de gobierno del banco reunido en Fráncfort tomó la decisión de dejar los tipos de la zona euro en el 2%, como el propio Trichet ya dijo en la reunión de enero y, asimismo, avanzó que volverán a moverse en marzo a un nivel que estará "por debajo, pero cerca" del 2% para reactivar la demanda y favorecer el crédito.

"El 2% no es el límite inferior para el consejo de gobierno. No excluyo que se puedan recortar los tipos en la próxima reunión", dijo el máximo responsable de política monetaria, pero también que el BCE no tiene una decisión tomada de antemano al respecto pese a que el mercado parece inclinarse por un recorte de medio punto más que por un recorte de 25 puntos básicos.

Pese a que no se desvía de su objetivo principal, la estabilidad de precios, el BCE reconoce que se ha producido un descenso significativo de la economía de la eurozona al tiempo que las perspectivas tienen "un grado altísimo de inseguridad con elevados riesgos a la baja", lo que supone aceptar que la debilidad de la actividad aconseja una mayor relajación de la política monetaria.

El nivel del 2% es el más bajo desde que se creo el BCE. En junio del 2003 lo recortó hasta ese porcentaje y lo mantuvo ahí hasta diciembre del 2005. Aunque se contemplen nuevos recortes, la institución quiere evitar a toda costa verse atrapada en una "trampa de liquidez", provocada por un nivel excesivamente bajo del precio del dinero.

Trichet consideró que la crisis supone en parte el "precio a pagar por los desequilibrios acumulados" por el sistema, y advirtió de que "hay que estar preparado para cualqier cosa".