El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, reiteró ayer la preocupación de la entidad por la excesiva inestabilidad en los mercados de divisas. Tras la reunión del consejo de gobierno del BCE, en la que se decidió mantener los tipos de interés de la eurozona en el 2%, matizó que la fortaleza del euro puede dificultar la recuperación pero previene los riesgos inflacionistas, que deberían contenerse con unos precios de importación algo "más favorables". Evitó, no obstante, referirse a la necesidad de mantener una divisa fuerte, como en comparecencias anteriores.

El BCE prevé que la tasa de inflación se sitúe por debajo del 2% a lo largo del año para posteriormente permanecer en línea con el nivel de estabilidad de precios.

Evitar que un repunte de la inflación perjudique a la economía del Reino Unido es la razón esgrimida ayer por el Banco de Inglaterra para justificar la decisión de aumentar un cuarto de punto los tipos de interés, hasta el 4%.