Mejor esperar a que amaine el temporal financiero provocado por la crisis de las hipotecas de alto riesgo. Ese fue ayer el planteamiento del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE), que decidió por unanimidad mantener en el 4% el precio del dinero.

No obstante dejó abierta la puerta a futuras alzas, como la que practicó en junio --cuando subió del 3,75% al 4%--. Estas actuaciones repercuten de forma directa en los movimientos de los tipos de interés a corto plazo con los que las entidades bancarias se prestan el dinero unas a otras. El Banco de Inglaterra siguió la misma senda y dejó invariable su tipo de interés principal, que tiene en el 5,75%.

En este marco, tras conocerse la noticia, el euríbor, la referencia de la mayoría de las hipotecas a tipo variable en España, registró una ligera bajada hasta llegar al 4,781%, frente al 4,807% del día anterior. En opinión de diferentes analistas, las cotas a las que se encuentra ese indicador revelan que el precio del dinero todavía no ha tocado techo, como tampoco lo han hecho los intereses de los préstamos para la compra de vivienda.

Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, insinuó a mediados de agosto que habría nuevos aumentos de los intereses para enfriar las tensiones inflacionistas. Entonces aseguró que "los riesgos en la previsión de la evolución de los precios se mantienen en la banda alta" a medio y largo plazo como consecuencia del encarecimiento del petróleo y de los productos agrícolas. El del presidente del BCE fue un claro mensaje que el mercado interpretó como la previsión de nuevas subidas de los tipos antes de que acabe el año. En concreto, los analistas esperan al menos una subida más de como mínimo un cuarto de punto (0,25 puntos), con lo que el precio del dinero acabaría el año en el 4,25%, no en el 4,50% previsto.

Trichet aseguró que el banco central no tomó la decisión ayer de congelar los tipos de interés por las presiones políticas recibidas. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, reclamó el mes pasado incluso un descenso del precio oficial del dinero. El Gobierno español, de forma más discreta, dio a entender que no era oportuno ningún movimiento alcista. Según dijo Trichet, la medida adoptada ayer solo refleja preocupación sobre la inestabilidad existente en los mercados financieros mundiales, que puede afectar al crecimiento. La evolución de la inestabilidad de los mercados será clave a la hora de realizar nuevos movimientos de política monetaria.

MODERACION DE LA BOLSA La bolsa española, que inició el día con importantes recortes, se moderó tras conocerse la decisión del BCE. El Ibex 35 acabó la sesión con una pérdida del 0,29%, hasta los 14.198,40 puntos.

Para evitar más intranquilidad en los mercados, el Banco Central Europeo inyectó ayer 42.245 millones de euros. Con esa aportación de capital intentaba atemperar las preocupaciones de los inversores y operadores del mercado y garantizar la liquidez del sistema financiero. La Reserva Federal de EEUU realizó, por su parte, tres nuevas inyecciones de liquidez al sistema bancario mediante sendas operaciones colaterales de recompra de títulos por un importe de 22.846 millones de euros.

En este clima, el euro se revalorizó y el BCE fijó un cambio oficial de 1,3669 dólares.