La inyección de 10.000 millones de euros de capital estatal en el banco holandés ING Groep ha servido para que los inversores recuperen la confianza en la acción de la entidad, cuya cotización en bolsa subió ayer el 29,2%, hasta cotizarse a 9,48 euros. El grupo bancario perdió el pasado viernes el 27% de su valor, al extenderse los rumores de que necesitaba una inyección de capital para mantener sus ratios de solvencia.

ING es el primer banco holandés que recurre al fondo de 20.000 millones de euros que el Estado ha puesto a disposición de las entidades financieras que lo soliciten para hacer frente a la crisis financiera y al que solamente pueden acceder bancos con buen estado de salud. La prensa holandesa señala que, tras el apoyo estatal a ING, otros bancos podrían llamar también a las puertas de las arcas públicas. Rabobank aseguró que, por lo pronto, no necesita esa ayuda.

La crisis financiera y la participación de ING en el rescate de la firma belga-holandesa Fortis, por cuyos activos ha comprometido la suma de 16.000 millones de euros, ha limitado la situación patrimonial del grupo, que requería una nueva aportación de capital. El presidente de ING, Michel Tilmant, aseguró el pasado domingo que la ayuda responde a "circunstancias excepcionales", y que los 10.000 millones de euros del Estado aportarán a la entidad suficiente comodidad "para absorber las sacudidas del futuro".

ING es uno de de los 20 mayores bancos del mundo y está a la cabeza del mercado on line . Cuenta con 85 millones de clientes y 130.000 empleados en todo el mundo. En España, es el quinto banco por depósitos, con 1,7 millones de clientes y ahorros que rondan los 15.000 millones.

"ENTIDAD SANA" El director general en España, César González Bueno, negó ayer que la ayuda pública recibida sea un rescate, ya que, subrayó, "ING es una entidad sana", que simplemente recibe el respaldo del Estado para hacerse "más solvente".

En este sentido, González consideró que la participación estatal holandesa en este banco es una noticia "extraordinariamente positiva" y que los clientes españoles deben recibirla con "alivio", ya que sus ahorros tienen una garantía "completa y absoluta". Los depósitos del banco, al igual que en España, están garantizados hasta los 100.000 euros por titular.

A cambio de su ayuda, el Estado recibe deuda por valor de 10.000 millones, no tendrá derecho a voto en la asamblea de accionistas, pero sí nombrará a dos consejeros que podrán vetar decisiones estratégicas futuras. El Gobierno pagará 10 euros por cada título de ING.