Ala bolsa no le gustan las malas noticias, menos aún si suponen un aumento de las incertidumbres. Por eso los mercados de todo el planeta se sumieron ayer en una ola vendedora que hizo temblar los principales índices bursátiles.

A lo largo de la jornada, en una ordenada secuencia horaria, las bolsas asiáticas se desplomaron, las europeas lo hicieron más tarde y esa misma suerte acabaron corriendo los mercados americanos a última hora del día. Las noticias procedentes de Irak, el imparable encarecimiento del petróleo y la certeza de que Estados Unidos estará obligado a subir los tipos de interés para equilibrar su economía fueron suficiente para que la bolsa coreana perdiera un 5%, porcentaje similar al acumulado en el parquet de Hong Kong.

En España, el Ibex 35, índice que agrupa a las principales empresas del mercado, cerró en 7.671 puntos, el 1,4% por debajo del viernes. Es el cierre más bajo de todo el año, por lo que los inversores ya cosechan pérdidas en el 2004. Idéntica suerte corrieron la mayoría de plazas bursátiles europeas, donde las acciones de las empresas registraron pérdidas de forma mayoritaria.

Al otro lado del Atlántico, los analistas siguen divididos entre los que se muestran confiados sobre la capacidad de resistencia de la Bolsa de Wall Street y quienes vaticinan más pérdidas a corto plazo. El asesinato del presidente del consejo del Gobierno provisional de Irak "ha hecho derrumbarse a los mercados bursátiles en todo el mundo", indicaba un analista de Nueva York, cuando los índices perdían una media del 1%.

En otras plazas latinoamericanas, las bolsas argentina y mexicana también sufrieron la tendencia general con caídas en sus índices superiores a los dos puntos porcentuales.