El presidente de Gas Natural, Antoni Brufau, insistió ayer en desmarcar del ámbito político la oferta pública de adquisición (OPA) lanzada sobre Iberdrola y aseguró que se trata de un proyecto estrictamente empresarial. "Ya hay quien está intentando politizar esta operación --indicó--, pero nosotros no entraremos en ese debate absurdo e imaginario".

El máximo responsable de Gas Natural añadió que "cualquier observador no condicionado que vea en qué consiste esta operación, qué pretende y cómo se ha planteado, comprobará que es un proyecto empresarial, ajeno a cualquier motivación política".

En declaraciones realizadas a la agencia Europa Press, Brufau hizo hincapié en que nadie ha cuestionado hasta el momento el sentido estratégico y la lógica empresarial de la operación, y consideró que "ya es hora de situar el debate en este campo".

"Lo único que se ha criticado hasta ahora ha sido el efecto sorpresa de la operación. Creo, por el contrario, que eso es bueno y saludable para la vida empresarial española, para mejorar la confianza en las empresas y, por supuesto, para los accionistas", subrayó Brufau.

El presidente señaló que habría que preguntarse "si es bueno o no para España" crear una compañía de servicios que sea la tercera empresa europea del sector energético y la quinta a nivel mundial, con más de 13 millones de clientes en España y casi 11 millones en Latinoamérica. Brufau confía en que se irán "sumando voluntades" al proyecto.

CON EL CONSEJERO DELEGADO

En cuanto a la polémica suscitada con el apoyo que el consejero delegado de Gas Natural, José Luis López de Silanes, dio a la operación, desmarcándose de esta manera de la posición de Repsol, a pesar de que fue ésta la que lo nombró, Brufau aclaró que la decisión final "la tomó él solo y en conciencia, después de estudiar detenidamente la operación y de analizar si era buena o no para Gas Natural".

La nueva sociedad resultante de la OPA respetará "las identidades e historia de cada una de las dos compañías". Esto se plasmará en el equilibrio accionarial y en la estructura de la nueva sociedad, que pivotaría sobre tres grandes áreas con sedes en Bilbao, Barcelona y Madrid.