La Comisión Europea propuso ayer a los Veintisiete inyectar unos 200.000 millones de euros de dinero público en la economía de la UE para estimular el consumo, mantener la actividad y frenar la recesión. Esta cantidad equivale al 1,5% del PIB de la UE. El Ejecutivo comunitario reconoció que la crisis es mucho más grave de lo que había previsto y que es imprescindible una actuación decidida y coordinada para quebrar la actual espiral negativa de recesión, falta de confianza, caída del consumo y, en consecuencia, mayor recesión.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, señaló que los 200.000 millones son una "cifra realista", que puede permitir una reactivación de la economía europea, que en el 2009 sufrirá una contracción de al menos el 0,5% del PIB. Una cantidad inferior "sería insuficiente" para frenar la recesión, subrayó Barroso.

El plan europeo de recuperación económica incluye un variado conjunto de recomendaciones, como "una caja de herramientas", para que los diferentes estados usen las más adecuadas a su situación particular. El objetivo es adoptar unas medidas temporales de forma coordinada para multiplicar su efecto, que se encuadren, además, en los objetivos de modernización de la economía europea.

FONDOS PROPIOS La mayor parte de la inyección de fondos públicos (170.000 millones) procederá de los presupuestos nacionales de los Veintisiete a través de aumentos del gasto público y reducciones de impuestos. Otros 15.000 millones serán la ampliación anual de las líneas de crédito del Banco Europeo de Inversiones (BEI). El resto procederá del presupuesto de la UE, mediante el adelanto del paro a los estados de los fondos europeos y la inversión de 5.000 millones en proyectos de interconexión energética y de redes de banda ancha para internet.

La Comisión Europea confía en que la rápida reducción de las presiones inflacionistas permitirá al Banco Central Europeo una nueva reducción de tipos de interés en diciembre para poder luchar contra la recesión.

El Ejecutivo comunitario recomienda en primer lugar a los Veintisiete utilizar el apoyo público dado al sector bancario para intentar que se restablezca la concesión de préstamos a empresas y particulares y que la rebaja de los tipos de interés se traslade a los clientes. "Ahora es crucial que los bancos reanuden su papel de proporcionar liquidez y apoyar la inversión", subraya el plan.

Para estimular la demanda, la Comisión Europea propone reducir el impuesto sobre la renta a las personas con salarios más bajos, rebajas temporales del IVA, prolongar la duración del seguro del paro y dar subsidios y ayudas a los hogares con ingresos bajos. El plan también incluye aumentar la inversión pública en infraestructuras, energías limpias y nuevas tecnologías. Para apoyar al sector de la construcción, la Comisión Europea recomienda subvencionar la eficacia energética de los edificios. Para fomentar el empleo, se propone rebajar las cotizaciones sociales, subvencionar la contratación, reforzar la formación de parados y potenciar el autoempleo y la creación de empresas.

AUTOMOVIL El plan propone destinar 5.000 millones al desarrollo de coches menos contaminantes, a través de créditos del BEI, que se quedan muy lejos de los 40.000 millones pedidos por el sector. Además, se permitirá que los gobiernos concedan avales y subvenciones para créditos a la industria automovilística y se propondrá rebajar los impuestos a los coches con menores emisiones de gases.