La economía española crecerá este año "ligeramente" por debajo del 3,4%, menos que el año pasado, según pronosticó ayer el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana. La desaceleración del consumo privado --ya hay menos matriculaciones de coches--, un encarecimiento más moderado del precio de la vivienda y la pérdida de competitividad continuada de nuestra economía son parte de las razones esgrimidas.

A falta de sólo tres meses para dejar su puesto en el Banco de España, y durante la que puede ser una de sus últimas intervenciones, Caruana lanzó varias advertencias en el Fórum Cinco Días . La primera, reiterar el alto riesgo de endeudamiento de las familias, aunque la vivienda moderará su precio, porque habrá unas condiciones monetarias "menos holgadas". La segunda gran advertencia es la pérdida de competitividad de las empresas, que no logran remontar en el sector exterior.

Pese a todo, destacó que la economía española acabó el año pasado con una década de expansión "amplia" y un crecimiento medio del 3,6% en ese periodo. Esto ha permitido que España se haya situado en el 99,2% de la renta media de la Europa de los 25 y en el 92% de la renta media de la Europa de los 15. Pero advirtió de que este "vigoroso" crecimiento no es sostenible en el tiempo, y que las familias son ahora más "vulnerables".

LA INFLUENCIA DEL CRUDO La subida del precio del crudo influirá en ese pronóstico de menor crecimiento para este año y además es un mal dato para la inflación. Aunque destacó que en los últimos tiempos el alza del barril de 30 a 70 euros no se ha trasladado a las economías, como hace unos años.

Sobre las asignaturas pendientes de la economía española, el gobernador situó en primer lugar la flexibilización del mercado de trabajo, que aunque la han intentado todos los gobiernos, nunca ha sido definitiva. Esa reforma debe ir acompañada de cambios en la "negociación colectiva", para que los salarios evolucionen de una forma más próxima a la productividad. La segunda reforma necesaria, aunque a distancia de la primera, es la del suelo y la financiación local, aclaró el gobernador, aunque sin profundizar más.

CAJAS E INDUSTRIA También surgió la pregunta sobre las cajas de ahorros y las participaciones industriales, aunque en ningún momento se mencionaron los nombres de La Caixa ni de Caja Madrid. El presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, estaba frente a Caruana, en compañía del presidente de la AEB, Miguel Martín, y del exministro de Economía Carlos Solchaga.

En ese asunto fue en el único que cambió el tono tranquilo de Caruana, quien hizo una inflexión para asegurar que a las cajas se les ha pedido "prudencia" en los riesgos industriales, sobre todo cuando tienen interés en tomar participaciones de control en empresas. "Les pedimos cierto grado de fidelidad a sus estatutos", recordó, para añadir que existen otros modelos para las cajas "que no pasan por las participaciones industriales". También hizo una alusión, más genérica, a cómo deben rechazar los intentos de politización.

Caruana se mostró contrario a una fusión del Banco de España y la CNMV. Y usó dos palabras para definir a su sucesor, Miguel Angel Fernández Ordóñez: "Excelente profesional".