La pujanza económica china es de tal calado que ya molesta a sus dirigentes. Ayer se supo que el crecimiento durante el primer trimestre había alcanzado el 10,2%, un ritmo "excesivo" en opinión del presidente chino, Hu Jintao.

La contrariedad de Hu se explica por dos razones. La primera es que el Gobierno teme el sobrecalentamiento de la economía y lleva semanas publicitando el "crecimiento armonioso" y "el nuevo campo socialista". Así, resalta su voluntad de reducir las desigualdades sociales.

El otro motivo de descontento es que la noticia llega en vísperas de la visita del presidente chino a George Bush, quien a buen seguro le instará una vez más a apreciar el yuan.