Cuatro años atrás superó a Gran Bretaña, después cayó Alemania y ahora Japón. El ascenso de China al segundo peldaño de la economía mundial ha sido meteórico. Por delante resiste Estados Unidos, al que relevará en el 2027, vaticina Goldman Sachs, o en el 2020, avanza Pricewaterhouse Coopers.

En el segundo trimestre Japón descabalgó de la segunda plaza. Su producto interior bruto entre abril y junio creció un raquítico 0,4% a ritmo anual, muy por debajo del esperado 2,3%, y un 0,1% respecto al trimestre anterior. Así, su PIB nominal alcanzó 1,286 billones de dólares, por debajo de los 1,335 billones de China. El ritmo de crecimiento chino, que triplicará al japonés este año (casi un 9% frente al 3%), ya anticipaba un relevo inminente.

Estados Unidos, Japón y Europa han confiado durante la crisis en la fuerte demanda china. Las cifras de Japón muestran, sin embargo, que esta puede no ser suficiente. "Japón es como un canario en la mina por su alta dependencia de Asia y China. Es un aviso para las grandes economías", resume Martin Schulz, experto del Instituto Fujitsu de Tokio. Japón ocupaba el segundo lugar desde que en 1968 superó a Alemania Occidental. Renacía de las cenizas de la segunda guerra mundial gracias a su industria y las exportaciones. Como hoy ocurre con China, se hablaba de "milagro económico". Pero los días de gloria han quedado lejos. Japón arrastra una década de crecimientos tímidos y una economía con problemas endémicos a los que la rápida sucesión de primeros ministros no ha hallado solución.

El actual, Naoto Kan, hereda una población cada vez más envejecida y menguante, una demanda interna débil, deflación, exportaciones a la baja y un horizonte oscuro.

La cotización del yen ha alcanzado el máximo en 15 años respecto al dólar y esa robustez no mejorará las exportaciones. También es previsible que sufra aún más la demanda interna cuando terminen los incentivos a la adquisición de productos ecológicos. El decaimiento japonés coincide con la pujanza china. Mientras el país del sol naciente se esfuerza en añadir algunas décimas al crecimiento, China intenta embridarlo por el temor al sobrecalentamiento. La economía china es hoy 90 veces mayor que cuando Deng Xiaoping inició las reformas en 1980.

PREEMINENCIA MUNDIAL La crisis financiera ha acelerado su papel capital: entró en ella la última y salió la primera, tirando del carro global. Desde el año pasado, su mercado automovilístico es mayor que el estadounidense y sus exportaciones superan a las alemanas. Es el primer comprador de mineral de acero y el segundo importador de crudo. Son chinas cuatro de las 10 compañías más grandes del mundo. China es el primer socio comercial de Japón, a pesar de que los roces diplomáticos han sido continuos. La escalada económica china ha venido acompañada de su influencia en el mundo, mientras que la diplomacia japonesa parece un apéndice de la estadounidense.

En la clasificación de la renta per cápita, en cambio, se encuentra antes a China si se busca por abajo. Ocupa el puesto 127, en el bloque africano. Sus 3.600 dólares son menos de la décima parte de los 37.800 dólares de Japón. Las cifras macroeconómicas no esconden que China es un país en desarrollo con escenas cotidianas de pobreza.

Ma Jiantang, jefe de la Oficina de Estadísticas del gigante asiático, resumía la situación nacional recientemente: "China tiene una población enorme, unas bases económicas débiles, insuficientes recursos naturales y pobreza aún que erradicar".