La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, que regula las telecomunicaciones españolas, mantiene una política de palo y zanahoria con la primera operadora. La semana pasada rebajó hasta en un 86% el precio de los servicios mayoristas que aplica a sus rivales, y que les podría comportar una sanción de hasta 25 millones de euros.

Pero anteayer, el presidente del organismo, Reinaldo Rodríguez, defendió un punto mucho más sensible para la operadora: que no se vea obligada a segregar la propiedad de la red de la infraestructura sobre la que presta sus servicios, como defendió el presidente de la Comisión Nacional de la Competencia, Luis Berenguer, la semana pasada.