"Se acabaron por muchos años las facilidades para obtener dinero barato gracias al crédito". Así se expresa el profesor de Economía José García Montalvo para explicar que el consumo desbocado de los últimos años ya es agua pasada y también la sobrevaloración de activos. El fácil acceso al crédito hacía que para fijar el precio de una casa, por ejemplo, no se sumase lo que costaba construirla más un beneficio razonable para el constructor y el promotor, si no hasta cuánto se podía hipotecar el comprador.