Un dramático avance de contagio global de la crisis de la deuda europea llegó ayer a Wall Street, cuando el índice Dow Jones cayó más de 1.000 puntos, prácticamente el 9%. En solo cinco minutos el índice perdió más de 550 puntos, aunque se recuperó y llegó al cierre con un descenso de 3,2%. La fuerte caída se atribuyó a los problemas de deuda en Europa. Principalmente los de Grecia, que amenazan con trasladarse a Portugal, España, Irlanda e incluso el Reino Unido. La subasta de bonos españoles, la comparecencia de Jean-Claude Trichet y los comentarios del FMI sobre la necesidad de acelerar la reducción del déficit de España, Portugal e Irlanda causaron un nuevo furor vendedor en la bolsa. Pero los activos más dañados fueron el euro y la renta fija. La moneda europea llegó a cotizar a 1,26 dólares.

"Se está produciendo una fuerte conversión de euros a dólares por el efecto carry trade ". Lorenzo Dávila, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles, se refiere a que llega el momento de devolver a la Reserva Federal los préstamos de liquidez que ha hecho desde que se inició la crisis. Los inversores --sobre todo la banca-- han invertido dólares en euros para beneficiarse del diferencial de tipos. "Ahora deben recomprar dólares para devolver los préstamos", agrega.

Trichet defendió la solidez del euro en su intervención tras la reunión del consejo de gobierno, en el que no se tocaron los tipos. Sus palabras no llevaron la calma a ninguno de los mercados. No habló de la opción de comprar bonos de gobiernos de la zona euro, una alternativa que apuntó el domingo y que los analistas ven apta para calmar los ánimos. "Se ha echado de menos un mensaje más contundente en ese sentido", destacó Farners Esparch, directora de mercados de Riva y Garcia. "Luego los comentarios del FMI han acabado de desatar las ventas".

DONDE HAY HUMO La crisis griega ha contribuido a elevar el coste de la deuda para otros miembros de la zona euro con tensiones presupuestarias, como Portugal, España e Irlanda. "Donde hay humo, hay fuego. Grecia está ardiendo, en Portugal se huele a humo y se mueve hacia España". Este fundamentado argumento corresponde a Andrew Bosomworth, un gestor con base en Múnich que dirige uno de los mayores fondos de bonos europeos. La cita se refería a la colocación del Tesoro español de más de 2.300 millones de euros en bonos a cinco año al 3,58%, en lugar del 2,84% de la última emisión. Los inversores obligan al Tesoro a pagar cada vez más por la deuda española. Ayer el diferencial del bono a 10 años con el alemán se elevó hasta los 163 puntos básicos.

Todo ello precipitó un nuevo descenso del Ibex 35, que cedió el 2,93%. La bolsa más castigada ayer fue la de Milán (-4,26%).