La crisis financiera derivada del desplome de las hipotecas basura subprime en Estados Unidos ha alcanzado al que es considerado el mayor banco del mundo, Citigroup. En medio de pérdidas bursátiles, de continuos rumores y del mutismo oficial del banco, el consejo de administración de Citigroup celebró este fin de semana una reunión extraordinaria que, según coincidía la prensa económica y generalista estadounidense, debía culminar con la dimisión del consejero delegado y presidente de Citigroup, Charles Prince.

"Prince ha tomado una decisión inusual y dimitirá. Ha dado un paso adelante y hará lo correcto antes de que el consejo fuerce su marcha", declaró a The Wall Street Journal una fuente anónima. Prince --cuya salida le costará a Citigroup acciones con un valor de 87 millones de dólares (unos 60 millones de euros)-- se convierte así en la víctima del malestar de los accionistas de Citigroup, cuyos beneficios cayeron en un 57% durante el tercer trimestre de este año debido a sus pérdidas en inversiones en títulos hipotecarios.

LLOVER SOBRE MOJADO Estos malos resultados no han hecho más que llover sobre mojado. De hecho, en lo que va de año, el valor en bolsa de las acciones de Citigroup ha descendido en un 31%. Solo durante la pasada semana, su cotización cayó un 9%. Además, según han publicado los diarios The Wall Street Journal y The New York Times, con la salida de Prince, Citigroup puede anunciar mayores pérdidas en inversiones relacionadas con el mercado hipotecario.

El mismo Prince reconoció hace unos días que los datos del tercer trimestre eran mucho peor de lo previsto, incluso con la crisis hipotecaria encima de la mesa. Además, las cuentas del banco están bajo escrutinio oficial, ante la sospecha de que la salud del banco esté peor de lo que se ha anunciado.

De confirmarse la dimisión de Prince, que todo el mundo da por hecha y que el banco no desmintió, se acabarían sus cuatro años al frente de un banco que Forbes consideró en marzo la mayor compañía financiera del mundo por activos --2,4 trillones de dólares--, que también lo era por beneficios. Prince ha intentado reducir costes e incentivar el negocio de servicios al cliente, en declive desde hace tiempo. Las turbulencias financieras de la crisis hipotecaria han acabado costándole el puesto. The New York Times citaba ayer a Robert E. Rubin, exsecretario del Tesoro con Bill Clinton, como sustituto, al menos temporal.

SEGUNDA CAIDA La caída en desgracia de Prince es la segunda de este tipo que se produce esta semana, en la que también se retiró Stanley E. O´Neal, el consejero delegado de Merrill Lynch después de que la compañía reconociera haber sufrido pérdidas relacionadas con las hipotecas subprime de unos 6.000 millones de euros. De esta forma, las turbulencias financieras siguen adelante y afectan no solo a los consumidores, sino a los grandes actores del sistema financiero estadounidense. Ahora falta ver cómo reaccionará un mercado asustado y preocupado.