La tormenta de malos datos macroeconómicos y empresariales que azota a Estados Unidos desde hace días sigue golpeando con fuerza a Europa y ha disparado hasta niveles desconocidos la ansiedad de los inversores del viejo continente. La nueva oleada de cifras negativas que llegó ayer desde el otro lado del Atlántico empujó al selectivo Ibex 35 a una jornada frenética de altibajos, en la que acabó por perder la cota de los 13.900 puntos.

"Lo que se vivió el martes en la bolsa fue pánico", resume Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4, respecto al batacazo de la bolsa española. Los expertos ya se temían un mal arranque del año, pero el deterioro estadounidense está resultando más profundo de lo esperado.

El fantasma de la recesión cobra cada vez más cuerpo. La energía y los alimentos han disparado la inflación de diciembre en EEUU en tres décimas, hasta el 4,1%, un nivel desconocido desde 1990. Los inversores miran con lupa este dato por su incidencia en el consumo, que supone cerca de dos tercios del producto interior bruto del país. La producción industrial en el cuarto trimestre cayó un 1%.

DESPLOME BANCARIO Casi peores resultan los datos empresariales. Apenas un día después de que Citigroup anunciara la caída del beneficio anual del 83%, JP Morgan, el tercer banco del país, reveló que en el último trimestre ganó un 34% menos, con lo que su beneficio anual apenas creció un 6%, 10.386 euros.

La crisis de las hipotecas basura del pasado verano está teniendo una sombra más larga de lo previsto. Las provisiones por créditos fallidos o impagados de JP Morgan crecieron un 83% en el último trimestre.

Las malas noticias financieras no acabaron ahí. El banco Wells Fargo también vio caer sus ganancias un 38% entre octubre y diciembre, con lo que su resultado anual disminuyó un 4% (5.444 millones). Y lo que es peor, la crisis comienza a extenderse a otros sectores de actividad como el tecnológico, que hasta ahora la había capeado.

El fabricante de chips Intel decepcionó al mercado al anunciar que solo incrementó su beneficio trimestral en un 51%. Una circunstancia que corrobora el "nerviosismo, la incertidumbre y el pesimismo" que Aguirre percibe entre los inversores.

COMO LA TECNOBURBUJA La desconfianza es el elemento predominante. Un informe de Merryl, basado en entrevistas a 195 gestores de fondos, apunta que los bancos son percibidos como los "parias" de los mercados globales y que su situación se asemeja a la de las firmas de telecomunicaciones en el 2002, cuando estalló la burbuja tecnológica. Además, el mayor inversor institucional en la bolsa española, el fondo State Street, ha sido demandado por algunos clientes por haber gestionado mal sus posiciones en activos subprime.

Así las cosas, el Ibex 35 vivió un día de infarto, con subidas y bajadas propias del nerviosismo imperante. Cerró con una caída del 0,92% y en los 13.817 puntos. Solo los índices británico (1,37%) y alemán (1,25%) retrocedieron más. El Eurostoxx 50, que agrupa a los principales valores del continente, se dejó un 0,79%. Una prueba más: Europa mira con miedo a EEUU.