Toda la política y acción de Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero está subordinada desde el pasado mes de mayo a evitar la catástrofe que supondría para España tener que acudir a la ayuda europea por la crisis de la deuda. Los inusitados recortes y reformas impulsados por el Ejecutivo desde entonces comienzan a ganarse sutilmente el reconocimiento de los inversores y analistas, como hace unos días reconoció el muy crítico Saxo Bank danés. Pero la amenaza de rescate no ha desaparecido y tiene un nuevo foco: las cajas.

Tal es así que el propio presidente del Gobierno, en un gesto sin precedentes que ha provocado una nueva tormenta en el sector, ha reconocido ante los principales empresarios del país que es "consciente" de que "subsisten las dudas sobre la vulnerabilidad" del sector por su exposición a la crisis inmobiliaria.

Tras ello, Zapatero lanzó un serio aviso. "Nos apremia el objetivo de que todas las entidades mejoren lo antes posible su estructura de capital y la calidad del mismo para que se pueda normalizar finalmente el flujo del crédito", arengó. "Somos conscientes de que el mercado piensa que España tiene un problema con su sector financiero como el de Irlanda. El objetivo del presidente fue agitar los mercados", dicen desde Moncloa.

PLAN B En el Ministerio de Economía apuntan que se está "empujando y apremiando" a las entidades para que se capitalicen. Y en el Banco de España añaden que el plan sigue siendo obligar a las entidades a ofrecer toda la información sobre su estado, para disipar las suspicacias y que las cajas aprovechen la reforma legal que les permite convertirse en bancos, del que serían los principales accionistas y a los que deberían incorporar inversores privados.

La idea del Gobierno es no inyectar capital público a las entidades, porque ello contribuiría a que se viesen similitudes con Irlanda, donde la banca tuvo que ser nacionalizada. Pero ante la situación de alarma generada por la crisis de la deuda, no se descarta tener que recurrir al dinero público, si convertirse en banco o impulsar nuevas fusiones no soluciona los problemas.