Giorgos Papandreu, primer ministro griego, anunció ayer que hoy explicará las nuevas medidas económicas para evitar "la bancarrota" de Grecia. "Nos encontramos en una situación de guerra contra escenarios negativos que afectan a nuestro país", dijo Papandreu en el Parlamento helénico ante los diputados de su partido, el Pasok, en el poder desde el pasado octubre, y que se enfrenta a la peor recesión de su historia reciente.

Las nuevas medidas de austeridad, apuntadas pero no detalladas, serán aprobadas en el Consejo de Ministros de hoy, para satisfacer las duras exigencias de la Unión Europea como requisito para que el Estado griego tenga acceso a la ayuda internacional.

La mayoría de los diarios de Atenas han avanzado que los nuevos planes comprenden el incremento del IVA y de los impuestos sobre el alcohol, los carburantes y el tabaco, además de las congelación de las pensiones y la supresión de la decimocuarta paga de los 600.000 funcionarios.

El mayor sindicato de los trabajadores públicos ya ha avisado a Papandreu de que le declará la guerra si aplica esta última medida y, en una acción preventiva, convocó una huelga para el día 16.

Aunque un reciente sondeo indicaba que el 59% de la población está dispuesta a hacer "algún sacrificio" para que Grecia salga de la crisis y de que el 65% rechaza las huelgas, hay pocos días en los que el centro de Atenas no se llene de manifestaciones. Los propietarios de 30.000 taxis iniciaron ayer una huelga de 48 horas. Los jubilados se manifestarán hoy. Y los funcionarios de Hacienda pararán la semana que viene.