Una nueva etapa se abre en las relaciones económicas hispano- italianas. La entrada de Enel en Endesa, con la compra del 9,9% y la confirmación de que quiere llegar al 24,9%, propiciando una solución española para el caso, ha sido el primer paso.

El anuncio ha coincidido con otra noticia. La Caixa tiene el 2% de la concesionaria Autoestrade, con la que su filial Abertis tuvo que congelar el proyecto de fusión por las trabas impuestas por el Gobierno italiano. La caja precisó ayer que la compra de autoestrades se produjo el año pasado y que lo único nuevo es que el 21 de febrero rebasó el 2% que le obliga a comunicarlo a las autoridades italianas. La compra es suficientemente significativa sobre las posibilidades de retomar la fusión y de obtener el visto bueno de Roma.

Desbloqueo en Ibiza El encuentro entre el presidente del Gobierno español, José Luis Zapatero, y su homólogo italiano, Romano Prodi, el día 20 en Ibiza, parece haber desbloqueado la situación a que habían dado lugar los desencuentros entre España e Italia en los últimos años.

Pese al empeño del Gobierno español por atribuir la decisión de la semipública Enel y de la caja a las fuerzas del mercado y a la independencia empresarial, las fuentes consultadas confirman que la sintonía entre Zapatero y Prodi ha ayudado.

Los dos se entienden "en español", comentaba una persona conocedora de los contactos entre ambos países, como resumen gráfico de la nueva situación y como contraste con las relaciones entre Zapatero y la presidenta alemana Angela Merkel, con traductor. El desbloqueo se ha organizado en la Moncloa, de espaldas a los ministerios de Economía e Industria. El vicepresidente Pedro Solbes aseguró ayer que se enteró el martes y en Industria dijeron que "por increíble que parezca" la entrevista del día 16 entre el titular de Industria, Joan Clos, y el consejero delegado de Enel, Fulvio Conti, fue "de cortesía" y no se habló de Endesa.

"La cita fue solicitada por Miguel Antoñanzas, el presidente de Enel Viesgo. El ministro se enteró de la operación ayer por la noche por el martes", justificó ayer una portavoz oficial de Industria. Fuentes próximas a Enel apuntan que la empresa difícilmente se embarcaría en el avispero de la opa sin garantías del Gobierno español. En la respuesta enviada ayer a la CNMV, Enel reconoce la entrevista de Conti y Antoñanzas con Clos y otra, posterior, con el director de la oficina económica de la Moncloa, David Taguas. Según la eléctrica, en ambas se habló de aspectos regulatorios y de la "posición" de Enel en España.

Solbes recordó ayer que el Gobierno debe decidir si permite a Enel ejercer los derechos derivados de su participación en Endesa o si los limita al 3%, como dice la legislación española para empresas públicas extranjeras (el Estado italiano posee el 30% de Enel). Hay dos meses de plazo.

Tanto el Gobierno de Prodi como el de Zapatero están "obligados" a desmentir cualquier tipo de "concertación", según fuentes económicas, conscientes de que los ataques del Gobierno alemán de Angela Merkel y de E.ON buscarán impulsar esa denuncia ante la Comisión Europea.

Encuentro prudente El presidente de La Caixa, Ricard Fornesa, sabía desde la semana pasada que algo se movía en torno a la opa de E.ON. De ahí, la prudencia con que en un encuentro con periodistas en Madrid advirtió en varias ocasiones de que había que esperar, porque la operación de E.ON sobre Endesa no había terminado.

El tercer grupo que puede verse afectado por esta nueva etapa de relaciones económicas es Telefónica. Ayer, durante el consejo de administración de la operadora, César Alierta prefirió no abordar el asunto de la entrada de Telefónica en Telecom Italia. Hace semanas que se baraja la posibilidad de que Telefónica compre entre el 5% y el 10% de la italiana, pero Alierta prefiere esperar a que se clarifiquen las relaciones entre Telecom y el Gobierno de Prodi.