Al final no llegó el castigo ejemplar prometido. Klaus Zumwinkel, expresidente de Deutsche Post y principal implicado en Alemania en el caso Liechtenstein, fue condenado ayer a dos años de libertad condicional y a pagar un multa de un millón de euros por un delito de fraude fiscal.

Zumwinkel logró evitar por tanto una pena de cárcel que se daba por segura cuando comenzó el proceso en su contra y que fue haciéndose cada vez menos probable a medida que avanzaba. En diciembre, el Tribunal Supremo alemán fijó en el millón de euros de fraude el límite para penas de prisión, y Zumwinkel estaba acusado de estafar 1,2 millones de euros. Los plazos de prescripción le libraron de parte del fraude y la fiscalía renunció a pedir la cárcel.

"Este ha sido el mayor error de mi vida", dijo el exdirectivo el primer día de un benévolo juicio que solo ha durado dos sesiones. Y eso, pese a haber dejado claro que planificó durante años el fraude fiscal y lo llevó a cabo, conociendo el alcance y la gravedad de sus actos.