Las empresas quiebran, pero sus directivos no se marchan con las manos vacías. El ministro britá- nico de Comercio, Peter Mandelson, pidió ayer a los cuatro antiguos propietarios de MG Rover, que pidan disculpas a trabajadores y acreedores por el dinero que se llevaron cuando la firma se hundió en abril del 2005.

Los directivos, conocidos como Phoenix Four, que habían comprado Rover en el 2000 por 10 libras (11,4 euros), se repartieron 47,88 millones de euros, entre pagas y pensiones, en el momento del traumático cierre. La quiebra dejó en la calle a 6.300 trabajadores y más de 1.140 millones de euros de deudas. Mandelson les echó ayer en cara el "llenarse los bolsillos" y no mostrar "ni una pizca de humildad". Lejos de disculparse, los ejecutivos han acusado a los inspectores de encubrir la responsabilidad del Gobierno en la caída de Rover. El informe detalla cómo los directivos mintieron en sus declaraciones y cómo uno borró de su portátil documentos relacionados con la investigación. Otro pagó a una amante 1,6 millones de libras por un trabajo sin importancia que realizó en 15 meses. Un tercero se sirvió del dinero para invertir en la empresa que tiene con su mujer.