Los fabricantes de coches chinos ya tienen un pie puesto en Europa. Los turismos fabricados en el país asiático, con precios de hasta 3.000 euros, ya se venden en Holanda, Alemania y Portugal aunque de forma casi experimental para comprobar la reacción del mercado. De momento, chocan con problemas de imagen y con la falta de una red de concesionarios y de puntos de servicio.

Los visitantes del salón del automóvil que se celebra en Fráncfort pueden, por primera vez, ver y comprar coches chinos durante las fechas de la muestra, entre los días 15 y 25. Uno de ellos es el todoterreno Landwind de la marca Jiangling Motors, inspirado en el Opel Frontera y con un coste de unos 15.000 euros, la mitad que su rival más próximo. Una empresa holandesa con los derechos de importación ha vendido ya 400 vehículos desde julio y espera llegar a 1.000 en un año.

Junto a Landwind, el mismo pabellón del salón alemán alberga los estands de otros dos competidores chinos, que exhiben sus productos por primera vez en una muestra automovilística europea. La marca Geely, llamada por algunos analistas como uno de los cachorros de tigre chinos, tiene en Fráncfort un escaparate de cinco modelos, con una gama de precios de 3.000 a 15.000 euros, como muestra de su ambicioso plan para inundar los mercados europeos.

El vicepresidente de Geely, Jie Zhao, se autoproclamó como "un mensajero de los chinos" en Europa para mejorar la imagen ante el consumidor y demostrar que pueden fabricar "buenos coches". Esta marca se está convirtiendo en un jugador mundial, aunque a pequeña escala, con unas exportaciones de unos 10.000 coches a Africa, Oriente Próximo y América central. Para preparar el desembarco en Europa, ha firmado un acuerdo con la distribuidora portuguesa Sociedade Hispanica de Automoveis con la que iniciar la comercialización en la península Ibérica. Ahora, busca otros importadores en el continente.

PROBLEMAS DE CALIDAD Según el resultado de una prueba realizada en Alemania, los productores de coches chinos se enfrentan a problemas para alcanzar los estándares de calidad. El club del automóvil de ese país (ADAC) sometió a la prueba de choque al todoterreno Landwind fabricado por Jiangling con un resultado "catastrófico". "En nuestros 20 años de historia, ningún coche ha tenido un resultado tan malo", aseguró ADAC.