Los líderes de los siete países más industrializados del mundo y Rusia acordaron ayer en el lago Toya (Hokkaido, norte de Japón) un compromiso para reducir las emisiones de CO2 a la mitad hasta el 2050. Pero el acuerdo no es más que una declaración de intenciones de unos líderes en algunos casos cuestionados en sus países (Bush, Brown, Fukuda) y que en gran parte no vivirán para ver si el compromiso se cumple.

"Este es un reto global y solo se puede afrontar con una respuesta global, en concreto por parte de las grandes economías", dice el comunicado hecho público ayer. El texto habla de las Naciones Unidas como el foro para concretar los objetivos a corto y medio plazo. "El G-8 ha dado el primer paso y tenemos que estar juntos para hacer que los países en vías de desarrollo y los países emergentes se unan", declaró el primer ministro de Japón, Yasuo Fukuda.

EQUILIBRIO La referencia a la ONU parece un alegato en favor del multilateralismo, pero es sobre todo fruto de la incapacidad de llegar a un acuerdo para implementar medidas concretas y de la voluntad de EEUU de obligar a China e India a reducir emisiones.

La declaración del G-8 incluye elementos de compromiso entre la posición americana de responsabilizar a los países emergentes y la postura de los que plantean que los países ya desarrollados den ejemplo comprometiéndose primero y en grado superior. "Reconocemos que las economías más desarrolladas difieren de las economías en desarrollo, por lo que pondremos en marcha objetivos ambiciosos a medio plazo para conseguir reducciones absolutas de emisiones y, cuando sea posible, paralizar el aumento de las emisiones según las circunstancias de cada país", dice el texto.

Los ocho líderes, que hoy se reunirán con los dirigentes de otros países como India y China, están de acuerdo en combatir las presiones inflacionistas causadas por el alza del precio del petróleo.

Por otra parte, el pleno del Parlamento Europeo aprobó ayer la inclusión, a partir del 2012, de la aviación civil en el sistema comunitario de comercio de emisiones de CO2 para que el sector contribuya contra el cambio climático.