El gigante gasista ruso Gazprom, que hace unas semanas también sonó como posible comprador de una parte de Repsol, amenazó ayer con parar sus entregas de combustible a Ucrania a partir del próximo 1 de enero si los dos países no se ponen de acuerdo sobre las cifras del nuevo contrato.

Esta medida pondría de nuevo en peligro las entregas de gas a Europa, ya que casi la totalidad del gas ruso que consume el continente pasa por Ucrania.

La compañía rusa, controlada por el Estado, exige a la ucraniana, también pública, que liquide la deuda económica que tiene pendiente antes de firmar el nuevo contrato.