El Gobierno alemán aprobó ayer una serie de reformas económicas y sociales con el objetivo de reactivar la actividad empresarial y el consumo. El nuevo bloque de la denominada Agenda 2010 está compuesto por tres apartados: la ley que regula la financiación del adelanto en un año de la reforma fiscal, la reestructuración de la fiscalidad de los municipios y una reforma laboral.

La primera se basa en la eliminación de algunos privilegios fiscales o subvenciones, como las ayudas a los particulares que construyen una vivienda, y en el recorte de las pagas extras de los funcionarios. El objetivo de la reforma consiste en ampliar el número de cotizantes sobre actividades empresariales.

El tercer gran capítulo de la reforma es la vinculación del subsidio del desempleo con la ayuda social. Con la reforma, los parados de larga duración deberán aceptar cualquier empleo que se les ofrezca.